La policía francesa cerró el sábado una gran fiesta en el noroeste de Francia que se estaba celebrando desde la víspera de Año Nuevo, desafiando el toque de queda y las restricciones del coronavirus.
Alrededor de 2,500 personas habían asistido a esta fiesta ‘rave’ en un almacén abandonado en la localidad de Lieuron, cerca de Rennes. Algunos de los participantes se enfrentaron a los agentes el sábado, dijo la policía.