Por: David A. Meier, Economista de Julius Baer

De acuerdo con David A. Meier, Economista de Julius Baer, el mercado mantiene una visión hacia la post-pandemia dominada por un ambiente de apetito por el riesgo que beneficia a las divisas cíclicas. En Estados Unidos, los factores adversos al dólar incrementaron con el triunfo demócrata, a pesar de la baja probabilidad de que se aumenten los impuestos o se regulen sectores como el tecnológico. Mientras tanto, factores favorables como una mayor política de gasto serán secundarios y no se espera que la inflación o las acciones de la Reserva Federal resulten significativas en el corto plazo.

La perspectiva sobre el dólar se reduce vis a vis el Euro y otras divisas cíclicas que han tenido un desempeño positivo y siguen favorecidas por la situación actual. Entre ellas se reitera la perspectiva positiva de los dólares neozelandés y australiano ante una tendencia de moderación de China. Las monedas escandinavas parecen prometedoras, en particular la noruega que cuenta con soporte del petróleo y un banco central más proactivo. Por su parte, el dólar canadiense se verá limitado por su cercanía con los EE. UU.

La Libra británica es un caso especial debido al limitado acuerdo sobre el Brexit y temores de subsecuentes tasas negativas por parte del Banco de Inglaterra, así como una mayor preocupación sobre un posible referéndum sobre la independencia escocesa, indicó David A. Meier, Economista de Julius Baer.

David A. Meier, Economista de Julius Baer, apunta que el apetito de riesgo predominante y el incremento de la liquidez han beneficiado a las monedas de mercados emergentes lo que mejora la perspectiva de la mayoría de estas para los siguientes tres meses. En el largo plazo se espera una moderación de estos efectos, aunque la menor volatilidad de las monedas de mercados emergentes en Asia implicará menores restricciones y serán la preferencia en el largo plazo.