Japón administró el miércoles las primeras dosis de la vacuna contra el nuevo coronavirus a los trabajadores de salud, arrancando así una campaña de vacunación que es considerada fundamental para celebrar los postergados Juegos Olímpicos.
Sin embargo, el progreso de la campaña es incierto en un país que está preocupado por una posible escasez de vacunas importadas y donde la gente suele ser reacia a recibir vacunas por temor a sus efectos secundarios.