Apuntalar la infraestructura

México es uno de los países que mayores fuentes de inversión tiene para proyectos de infraestructura. Esto llama al apetito de inversionistas locales y foráneos; sin embargo, no se puede ser “flor de un día”, el interés debe mantenerse para los mediano y largo plazos.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha señalado que la inversión en la industria ferroviaria en México es de las más grandes y de mayor ocupación en el mundo, con excepción de Alemania.

En casi cinco años ha habido una importante modernización del sistema ferroviario de más de 90 mil millones de pesos de parte de las empresas concesionarias, que ampliaron su capacidad de carga en nueve por ciento, de transporte de pasajeros en 27 por ciento y 52 por ciento en comercio exterior.

Los datos más recientes revelan que México ha mejorado su competitividad en materia de infraestructura, a un ritmo de dos por ciento anual.

Por ejemplo, en el tema ferroviario se espera que México duplique su infraestructura y capacidad ferroviaria y portuaria para 2018, lo que dará al país condiciones de ser más atractivo para las inversiones.

Mientras que se tiene la proyección de que en los próximos 10 años, una de las mayores áreas de oportunidad para México, en materia de infraestructura, se encuentra en el ámbito urbano; en términos coloquiales mejorar las ciudades y la movilidad es el tema clave para muchos sectores productivos.

Y es que la forma en que la infraestructura produce riqueza es, en cierto sentido, lógica, pues primero generas empleo e incorporas tecnología, luego con un proyecto adecuado se mejoran las condiciones para mejorar la productividad de la economía en su conjunto, no sólo de una región sino de todo el país.

La infraestructura está llamada a ser el campo fértil de inversiones puesto que en estos momentos el país requiere de una política adecuada y certera al estar en las postrimerías de dejar un legado transexenal que sea sólido.

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