El Waterloo de “Pipino”

El sábado pasado Manny Pacquiao ganó claramente una pelea que terminó perdiendo. Y todos los analistas dicen que el boxeo se ha desvirtuado, que hay muchos intereses de por medio y que todo es negocio. También dicen que antes no era así.

Yo tenía 5 años y es uno de mis primeros recuerdos. Era agosto de 1980, mi papá decía que el sábado iba a pelear “Pipino”, e ironizaba: “¡Uy, ‘Pipino’ es un asesino, ‘Pipino’ puede matar a alguien, ‘Pipino’ tiene una mirada aterradora, ‘Pipino’ es demoledor!” Parafraseando a los cronistas de la tele. Y sí, José “Pipino” Cuevas tenía un record nada despreciable, el mexicano era campeón de los welter por la asociación mundial de boxeo, llevaba once defensas, todo esos combates los había ganado por knockout -algunos en los primeros rounds-, y nunca había visitado la lona. La verdad sí era de temer. El rival en turno era un gran peleador, pero de bajo perfil, eclipsado en ese tiempo por “Sugar” Ray Leonard, Roberto “Mano de piedra” Durán y otros grandes de la época. Se trataba de Tommy Hearns, la “cobra de Detroit”, lugar donde se realizaría el combate aquél sábado 2 de agosto. Vimos la pelea en una magnavox de 14 pulgadas, blanca con vivos verdes (recuerden que estamos hablando en términos boxísticos). Este negrito -dijo mi papá- le va a poner en la madre al “Pipino”, es más rápido, es más alto y tiene más alcance. Comenzó la pelea con la narración del “Sony” Alarcón y Toño Andere, Cuevas no atinaba un golpe, se veía confundido, inseguro. En cambio Hearns era un torbellino, concentrado, fino, veloz, exacto. Entraba y salía de la cara del “Pipino” con una velocidad impresionante, y el mexicano no sabía dónde meterse. Por fortuna se acabó el primer round, pero en el segundo “la cobra” salió más decidido, sabía que iba a acabar pronto con su rival, se sabía mejor en todos los aspectos. Fue en el último minuto del asalto cuando “Pipino” recibió un derechazo en el rostro que lo dejó haciendo “borrachitos” -hasta la fecha mi papá se refiere así a ese momento-, Hearns lo remató con otro volado y lo mandó a la lona, “Pipino” se levantó para recibir la cuenta de protección todavía trastabillando, el referí dio por terminado el duelo y Cuevas perdió su cetro, lo demás es historia. Mi papá tenía razón, “Pipino” podía matar a alguien, pero antes de que eso sucediera se le atravesó Tommy Herns y lo noqueó en dos asaltos. Un año después “Sugar” Ray Leonard noqueó a la “cobra” en trece rounds, pero esa, como dijo mi nana Goya, es otra historia.

Obituario: #FueraOsorio

 

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