Libre comercio real, antídoto a cancelación del TLCAN

Ayer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a la carga, pues dijo: “creo que el TLCAN tendrá que terminarse si queremos hacer un buen acuerdo.” Esto llama la atención porque ocurrió justo un día antes del inicio de la cuarta ronda de negociaciones.

Trump cree erróneamente que el tratado ha sido un desastre para su país, porque ha disparado el déficit comercial que tiene con México. Sin embargo, esta óptica es equivocada, porque en el comercio, cuando es libre, ambas partes se benefician, tanto el que compra, como el que vende. Así de simple y claro. Piénselo, si no fuera así, el intercambio no se lleva a cabo. Punto.

Además, hablar de ‘México y Estados Unidos’ es una mera abstracción, porque no se trata de dos personas nada más, sino de millones de ellas, individuos y empresas a las que se les debe respetar y garantizar en todo momento su derecho a comprar lo que quieran, con quien quieran y cuando quieran. Es lo justo.

El gobierno no tiene por qué decidir por sus gobernados el precio de nada, ni a quién sí le puede comprar, sin importar si se trata de un connacional o de un extranjero.

Uno de los argumentos de Trump es que los estadounidenses han perdido empleos, sobre todo manufactureros, que se vienen a producir a México. Pero lo que pasa por alto es que millones de empleos más se han seguido creando en otras áreas donde son más exitosos, como en el sector tecnológico. Asimismo, soslaya que con el tratado ha sido posible elevar el bienestar de las familias estadounidenses gracias a que tienen acceso a mercancías que, si se fabricaran en su país, serían más caras por sus altos costos, y precios más altos significan un perjuicio para el consumidor.

Por eso desde empresarios, hasta académicos y periodistas, han tratado de hacer ver esta realidad a Trump, que sigue cerrado en su posición.

Ahora, pese a que es una realidad que el tratado podría terminar por cancelarse, lo cierto es que en México no tendríamos por qué entrar en pánico. Como lo ha dicho el martes el canciller Luis Videgaray en el Senado de la República, México es mucho más grande que el TLCAN. Es cierto.

Si el gobierno de Estados Unidos se dispara en el pie cerrándose cada día más al libre comercio, allá ellos. Trump no sólo perjudicará a los consumidores –que también son electores-, sino que seguirá encerrando a su país mientras otra potencia, como lo es China, ganará los espacios que los americanos pierdan.

Tenemos entonces enfrente, con independencia de lo que suceda con el TLCAN, la oportunidad de abrir y liberar de par en par el comercio de México con otras naciones, para finalmente comenzar a reducir la dependencia histórica que hemos tenido de la economía de Estados Unidos. Hay que voltear a China y al continente asiático. Ahí está el futuro.

No olvidemos que en realidad, para el libre comercio auténtico no se necesita firmar ningún acuerdo, sino nada más eliminar restricciones arancelarias y no arancelarias a la importación y exportación de mercancías, incluso, si no hay reciprocidad. Es el consumidor mexicano quien debe estar en el centro de las decisiones, y la apertura total, sólo puede beneficiarlo.

El verdadero libre comercio es pues, el antídoto contra la cancelación del TLCAN, de la que dependerá de México y de nadie más, el salir bien librado. ¿Nuestro gobierno, estará a la altura?.

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