El Peso vs. Dólar y Trump

En materia de tipo de cambio peso-dólar, pasamos en sólo algunas semanas del total pesimismo al exagerado optimismo. Los extremos de este tipo en los mercados no suelen ser nada buenos, porque nublan la razón y los inversionistas pierden de vista el bosque completo por quedarse mirando nada más un árbol.

Vamos a ver en esta primera gráfica el precio del dólar en pesos, donde apreciamos el enorme salto que sufrió como consecuencia del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses del 8 de noviembre pasado.

El tipo de cambio FIX que determina diariamente el Banco de México, pasó de los 18.50 pesos por dólar a casi 22 pesos, entre el día de la elección y hasta un día antes de su toma de posesión el 20 de enero.

Pero como también vemos en el gráfico, contrario a lo que algunos esperaban, el tipo de cambio casi no ha dejado de apreciarse o sea, el dólar ha mantenido una tendencia a la baja en pesos desde que Trump llegó a la Casa Blanca. ¿A qué se debe esto? A varios factores entre los que debe contar la serie de tropiezos y dolorosos fracasos que desde entonces ha sufrido el presidente de Estados Unidos.

Ya en el poder le está quedando claro que NO podrá hacer lo que se le dé la gana, que en el Congreso y hasta al interior de su propio partido, el republicano, hay oposición a propuestas suyas como las del muro en la frontera con México (que parece ya haber quedado enterrado), la reforma al llamado ‘Obamacare’, los impuestos fronterizos, la renegociación proteccionista del TLCAN, etc.

Claro, como le digo, esto ha llevado a algunos a pensar que lo peor ya ha pasado y que en el futuro veremos un dólar cada día más barato. Sin embargo, veamos ahora esta segunda gráfica del tipo de cambio desde agosto de 2011, fecha en que los bancos centrales del mundo por primera vez en la historia comenzaron a recortar sus reservas internacionales de divisas.

Aquí la tendencia del dólar al alza es mucho más que clara. Ahora sí vemos el bosque y no nada más el árbol.

El peso mexicano es una divisa muy frágil cuya tendencia a perder valor no tiene nada que ver con Donald Trump, y sí con debilidades internas como el excesivo y deficitario gasto del gobierno, el endeudamiento creciente, la inseguridad y la impunidad imperantes, en fin.

En agosto de 2011 el dólar costaba poco más de 12 pesos, y debo decirle que ni siquiera en el más optimista de los escenarios se vislumbra que podamos regresar a esos niveles.  Hoy se cotiza ya en más de 19 pesos en el mercado interbancario. El peso está sobrecomprado, por lo que es de esperar un rebote aún mayor en el dólar.

Hay además señales recientes que siguen preocupando, como la elevada inflación, que en la primera quincena de abril fue de 5.62 por ciento a tasa anual, la más alta desde 2009, año de la Gran Recesión.

Así que ya sea por la vía externa o por el alza de precios interna, el poder adquisitivo de nuestra moneda sigue cayendo.

¿Qué podemos esperar? En adelante, el dólar se seguirá moviendo más en función de qué tan bien o mal le vaya a Trump ahora con su reforma fiscal; de si la Reserva Federal estadunidense sigue subiendo las tasas de interés; de si llega a haber una indeseable guerra con Corea del Norte, etc.

Los deseos de Trump se contraponen entre sí: ha sido explícito en que quiere un dólar débil, pero si acaso se sale con la suya en materia fiscal y comercial (algo que se ve complicado pero no imposible), el dólar tenderá a fortalecerse.

Veremos qué es lo que pasa en lo externo. Mientras tanto, la tendencia mayor de largo plazo para el peso –pese a ‘descansos’ en el camino- seguirá siendo de devaluación por las razones internas que aquí hemos señalado, y que no se ve por dónde puedan cambiar.

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