Sin duda y ante las próximas elecciones de noviembre para elegir al nuevo huésped de la Casa Blanca, la relación entre México y Estados Unidos será de tal prioridad para el Gobierno de Enrique Peña Nieto, que la canciller Claudia Ruiz Massieu ha sido muy cuidadosa de no interferir abiertamente en el ya adelantado proceso electoral que experimenta nuestro vecino del norte. Por lo que el actuar de la secretaria ha sido en todo momento mantener una actitud y operación consciente de que las intervenciones externas han sido un tema delicado históricamente en nuestra convivencia con Norteamérica, y que la labor de la cancillería se debe centrar en reivindicar el valor de los mexicanos que habitan en aquel país, estrategia que resulta una “bofetada con guante blanco” a los dichos del belicoso Donald Trump, candidato Republicano. Ruíz Massieu trabaja de manera decidida para que el trato a nuestros connacionales sea justo y con estricto respeto a los derechos humanos. Prueba de ello son el Programa de Certificación de Atención Consulares, que contó con la asesoría del CIDE, y que tiene como objetivo otorgar una atención más humana, eficiente, accesible y de mejor calidad; así como el desarrollo de los puentes fronterizo Guadalupe-Tornillo y la conexión peatonal aeroportuaria entre Tijuana y San Diego, mismos que dan cuenta de la convicción de seguir tendiendo lazos con la Unión Americana.

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