Desde que aumentó la posibilidad de que Donald Trump pudiera ganar la presidencia de EUA, el peso mexicano ha estado presionado. En el inicio de su campaña, Trump señaló a México como una de las más importantes amenazas y razones de muchos malestares de la economía norteamericana. Prometió deportar a 11 millones de migrantes indocumentados (en su mayoría mexicanos), construir un muro en la frontera sur forzando a México a reembolsar su costo (posiblemente poniéndole un impuesto a las remesas de migrantes a México), amenazó con salirse del TLCAN si no consiguiera renegociarlo en condiciones más favorables para EUA y, amenazó a industrias norteamericanas en cobrarles impuestos (tarifas arancelarias) si no regresan a EUA plantas que han construido en México para reducir costos.
Cuando la pesadilla se hizo realidad, y sorpresivamente se concretó que Trump será el próximo presidente de EUA, se activó el peor escenario político posible para México. Y decimos el peor escenario porque el partido Republicano ganó también el control de las dos Cámaras (Senado y Representantes), lo que en principio podría facilitar la gobernabilidad de Trump y la implementación de sus promesas de campaña. En ese escenario contemplábamos fuertes castigos en los activos financieros mexicanos, en especial reflejado en el tipo de cambio.
El peso mexicano registró en los siguientes dos días de la elección una depreciación hasta de 15%, alcanzando su peor nivel histórico (cerca de $21.30 por dólar spot). La reacción negativa sobre la moneda mexicana fue cuatro veces más fuerte que la de otras monedas emergentes o con igual nivel de riesgo país. Más aún, no parece que éstos hayan sido el máximo nivel alcanzado en la cotización del peso frente al dólar.
La interrelación y dependencia económica actual que tenemos con EUA, por la cercanía y asimetría entre poderes, hace que los riesgos por posibles políticas que implementaría Trump sean considerables y puedan poner en jaque la estabilidad económica y diplomática del país. Los principales riesgos para México son: en el corto plazo, un aumento más acelerado en las tasas de interés de EUA (por la posible presión inflacionaria que pudiera provocar sus políticas proteccionistas y de disminución de impuestos a las empresas) y presión sobre el tipo de cambio provocarían fuertes aumentos en las tasas de interés locales, lo que amenazaría con apagar el buen dinamismo que el consumo del país ha mostrado en los últimos años. En el largo plazo, la amenaza de restricción al comercio podría afectar la inversión y apagar el moderado crecimiento económico del país, agravando la situación de desequilibrio en las finanzas públicas y deuda soberana.
El pueblo norteamericano votó en un claro descontento social, con rechazo al libre comercio, desesperanza por un adelgazamiento de las clases medias y creciente desigualdad, rechazo a las élites y odio a la inmigración, pero sobre todo resentimiento o preocupación de estar perdiendo poder la raza tradicional norteamericana (blanca).
Así, la percepción actual sobre el porvenir económico es negativo. En CIBanco corregimos nuestra estimación de crecimiento del PIB para 2017 a 1.5%, de 2.3% y aumentamos nuestra estimación de inflación a 4%.
Sin embargo, no está claro qué clase de presidente será Trump y qué postura real tomará con sus propuestas de campaña y descalificativos a muchos grupos en EUA que están ofendidos y buscarán derrocarlo. ¿Atenuará sus posturas radicales fraccionando más al país? ¿Escuchará a todas las partes involucradas en el comercio exterior? ¿Actuará cerrado a sus pensamientos o se abrirá más al sentir de los empresarios? ¿Cuál será la postura que tome con los Congresistas Republicanos (que paradójicamente en gran parte son pro TLCAN)? ¿Qué postura tendrá con el gobierno mexicano y con las Entidades de EUA que dependen vitalmente del comercio con nuestro país? ¿Qué postura tomarán los principales países desarrollados y emergentes en defensa del libre comercio? ¿Cuál será la diplomacia con México para no perder control en los temas de migración y narcotráfico?
¿Será el demagogo de la campaña electoral, que amenazó con encerrar a sus opositores políticos, castigar a los medios de comunicación, construir muros fronterizos e iniciar una guerra comercial mundial? ¿O es capaz de convertirse en un hombre de Estado, un poco más mesurado?
Todas estas interrogativas hacen que sea difícil plantear una perspectiva realista, pero al mismo tiempo provoca una parálisis en la inversión de empresarios norteamericanos y mexicanos, que limita aún más el crecimiento económico. Además, de las respuestas a las preguntas planteadas dependerá buena parte el comportamiento del tipo de cambio para las próximas semanas/meses o incluso años.
La espera e incertidumbre mantendrá volátil al peso mexicano en el corto plazo. En las próximas semanas el mercado estará muy atento a cada una las palabras de Trump, hasta que vaya conociéndolo en sus primeros meses de Administración.
A pesar de todo lo planteado, creemos que no veremos reacciones extremas o cumplimiento estricto de lo amenazado por Trump. Él tendrá que ajustarse con la agenda de los Republicanos en el Congreso, si es que quiere que le aprueben su paquete económico de baja de impuestos. Los senadores republicanos por el momento muestran tener prioridades diferentes a Trump en su agenda, por ej. sus planes de impulsar la infraestructura; legislación sobre la inmigración o fracturar el TLCAN no parecen ser prioritarios para ellos. En cambio, la derogación del Obamacare, una reforma tributaria integral y el logro de mejorar la seguridad fronteriza significativamente (en cualquier forma, no necesariamente a través de la construcción de un muro) ocupan los primeros lugares en sus agendas.
Además, existen grandes esperanzas de que las instituciones en EUA (incluido el equilibrio existente entre los mismos republicanos) le impidan hacer demasiados ajustes o llevar a cabo todas sus promesas radicales de campaña.
Mucha de nuestra industria actual está muy relacionada con empresas norteamericanas y visceversa, por lo que no creemos se dé el peor escenario en relación al TLCAN, que en este caso sería revocarlo. Más bien, consideramos que con la amenaza de hacerlo, provocará compromisos de las empresas norteamericanas de mantener cierto porcentaje de contenido nacional y de creación de empleos en EUA.
El gobierno mexicano tiene que hacer frente a los riesgos, defendiendo nuestros intereses sin romper relaciones con el gobierno norteamericano. A la par, debe mantener su postura de estabilizar sus finanzas públicas, fortalecer las finanzas de PEMEX y buscar disminuir la ya alta deuda pública, además de mejorar urgentemente la mala imagen en los temas de seguridad y corrupción. Cobra relevancia el cabildeo y apoyo que se pueda lograr con el Congreso, cámaras empresariales y Think Tanks de EUA. No será una tarea fácil, en primera porque negociar con el presidente electo Trump no es trivial y en segundo, el umbral entre defensa de intereses y amenaza es muy reducido, por lo que existen altos riesgos de que las relaciones diplomáticas bilaterales se deterioren.
Para evitar que una mayor depreciación del peso por la incertidumbre descrita presione aún más a la inflación, es probable que el Banco de México tenga que aumentar su tasa de interés objetivo en 50 pb la próxima semana (jueves 17 de noviembre), en su reunión calendarizada de política monetaria.
Aunque en CIBanco consideramos que es probable que continuemos observando una mayor depreciación del peso mexicano en las próximas semanas/meses, el mercado cambiario descuenta el peor escenario sobre-reaccionando en contra de la moneda mexicana. Además, los mercados financieros regresarán su atención también a los posibles acuerdos para congelar la producción de petróleo por parte de los países de la OPEP (30 de noviembre) y a la reunión de política monetaria de la FED de EUA el 14 de diciembre. Sobre este último punto, el resultado de la elección presidencial también genera efectos colaterales.
El resultado del triunfo de Trump es en sí negativo para nuestro país, pero tendremos que esperar para ver qué matiz toma y así tener un mejor diagnóstico sobre el posible impacto real.
El presente documento es elaborado para todo tipo de cliente y sólo tiene propósitos informativos. Considera comentarios, declaraciones, información histórica y estimaciones económicas y financieras que reflejan sólo la opinión de la Dirección de Análisis Económico de CIBanco S.A. de C.V. y CI Casa de Bolsa.