El 21 de diciembre de 1937, el Carthay Circle Theater proyectó la primera película animada producida por Hollywood: Blanca Nieves y los Siete Enanos. Durante tres largos años, más de 750 artistas trabajaron en ella. En 1939 recibió un Oscar muy especial: una estatuilla de tamaño regular acompañada de siete estatuillas más, pero de un tamaño reducido. El premio se lo otorgó Shirley Temple a Walt Disney. El futuro clásico del cine se convirtió en ese entonces, y durante dos años más, en la película más taquillera de todos los tiempos.

Para Walt, ver terminado el largometraje Blanca Nieves y los Siete Enanos fue un sueño hecho realidad. Todo comenzó cuando tenía 15 años. Vio una versión en cine mudo de Blanca Nieves protagonizada por Marguerite Chapman en 1917 y la historia causó en él una tremenda impresión.

Lo primero era convertir a dibujos todas las escenas del clásico de los hermanos Grimm. Aproximadamente se hicieron 24 dibujos por cada segundo de Blanca Nieves y los Siete Enanos. Los dibujos de los personajes se hacían por un lado y por otro, distintos artistas pintaban los fondos y paisajes con acuarelas. Una vez aprobada la secuencia de los dibujos, siempre que la imagen se moviera sin que se vieran errores, los mandaban a pintar a los laboratorios de pintura. Luego unían los fondos y paisajes con los dibujos de los personajes. Cada uno de los dibujos que conformaban los cuadros de la película resultó ser una verdadera obra de arte. Por último, debían hacer coincidir los dibujos con los efectos de sonido. Así como suenan de exagerados en la película es como los grabaron en realidad. Por ejemplo, para grabar el sonido de la escena en la que a Tontín se le caen todos los objetos de la alacena encima, tiraron maderas desde lo alto de una escalera. Fue un gran esfuerzo coordinar todo ese trabajo en equipo y vaya que valió la pena.

Walt se refería a la película como “la que comenzó todo” y tenía razón. Realmente sorprendía que fuera el primer largometraje del estudio, que hasta entonces solo había hecho algunas animaciones cortas. El mundo de la animación tiene una gran deuda con Blanca Nieves y los Siete Enanos, ya que sigue siendo una fuente de inspiración para muchos. La creación de Walt Disney atraviesa las fronteras de lo temporal. La cuestión no es que Blanca Nieves y los Siete Enanos no tenga un gran sonido, gráficos hechos con la computadora o tecnología 3D, el hecho es que es una película que sin haber contado con toda esa tecnología aún puede compararse en calidad con las películas actuales.

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