Cuando hay un cambio de estación, uno de los primeros problemas que se presentan es el enfermarse de las vías respiratorias.

Para evitar esto, solo es cuestión de tener algunas precauciones que, aunque en ocasiones pueden ser complicadas de seguir, podrían hacer la diferencia entre pasar el invierno enfermo o no.

Uno de los mitos más grandes que se tiene al respecto de los virus de gripe es abrigarse, si bien es cierto que los cambios de temperatura ocasionan un desequilibrio en el organismo, en realidad convivir con personas que están enfermas es lo que produce un contagio, por ello es importante mantener limpias las zonas con las que la gente está en contacto. Por más extraño que parezca, es importante desinfectar manijas de puertas y ventanas pues son algunos de los lugares en donde más gérmenes pueden acumularse.

Otro factor importante es alimentarse correctamente pues esto hará que las defensas del cuerpo se encuentren completamente preparadas ante cualquier ataque de virus o bacterias.

Consumir alimentos ricos en vitamina C ayuda de manera considerable a disminuir el ataque de alguna gripe o resfriado.

Dormir al menos 8 horas ayudará a las defensas y al cuerpo a mantener un buen estado, por ello es importante descansar lo suficiente ya sea antes como medida preventiva o durante un episodio de gripe pues esto ayudará a agilizar el proceso de curación.

Finalmente, lavarse las manos con agua caliente y jabón antibacterial es vital para evitar cualquier contagio, esto se puede complementar con el uso de geles antibacteriales o aerosoles que eliminen los gérmenes y bacterias.

MiHeL