Coco Chanel, la mujer, la diseñadora, la leyenda

Coco Chanel nació en la pobreza el 19 de agosto de 1883, en la Casa de Caridad en Saumur, Francia. Su acta de nacimiento revelaba que era hija ilegítima de la pareja que formaban Albert Chanel y Jeanne Devolle. Una monja le puso el nombre de Gabrielle.

Albert internó a Julia, a Gabrielle y a Antoinette en el orfanato romano de Aubazine. Sus hermanos Alphonse y Lucien corrieron peor suerte al ser entregados a una cruel familia campesina. Albert Chanel nunca más volvió a ver a sus hijos. Su abandono hirió a Gabrielle.

-Durante mi infancia solo ansié ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Solo el orgullo me salvó -dijo.

En el orfanato, Gabrielle aprendió a coser, a bordar a mano y a planchar impecablemente. Gabrielle comenzó a trabajar como costurera y aprendió a hacer sombreros.

Cuando la invitaron a un café-concierto, quedó tan impresionada que quiso dedicarse al canto. En el café La Rotonde, de Moulins, una comuna de Francia, consiguió un contrato. Aunque no cantaba bien y su repertorio se limitaba a dos canciones, tuvo gran aceptación interpretando el sonsonete ¿Quién ha visto a Coco en el Trocadero?

De eso surgió su sobrenombre Coco, que adoptó para siempre, porque antepuesto a su apellido Chanel le sonaba bien.

Coco quedó atrapada en la magia de la ciudad luz y le entraron ganas de desarrollar el talento de diseñadora que latía en su interior. Como pasatiempo, había hecho sombreros para sus amigas en Royallieu; eran modelos sencillos, pero llenos de gracia.

Etienne, pretendiendo ayudarla, le prestó la planta baja de su piso de soltero en París. De inmediato, Coco se mudó y comenzó su negocio de sombreros. Le fue tan bien, que en 1910, financiada por Boy, abrió su primera Mansión Chanel, que haría historia, en el 21 de la rue Cambon.

En 1913, Coco abrió una casa de modas en el exclusivo balneario de Deauville, centro de la aristocracia de la época. Esta vez se atrevió a incluir ropa femenina completamente innovadora, modelos sencillos y funcionales, y eliminó los asfixiantes corsés de la Belle Epoque. Su estilo fue todo un triunfo y sus ganancias se triplicaron.

La Primera Guerra Mundial estalló, pero a Coco y a Boy no les fue mal en sus respetivos negocios. En julio de 1915, Coco abrió en Biarritz una casa de moda a donde acudió el gran mundo español. En 1916, fue la pionera en introducir en el vestir femenino telas cómodas como el jersey, pero con estilo.

La ruptura con Boy se produjo en el momento de mayor auge de su creatividad. Coco estaba diseñando con gran éxito pantalones de satén blanco para sus clientas, que se hicieron muy populares. La guerra llegó a su fin y surgieron los primeros brotes de la liberación femenina. El estilo simple y elegante de Chanel se imponía desde New York hasta Buenos Aires. Coco compró La Milanaise, una villa situada en los alrededores de París, y en un acto de venganza se cortó a lo garçon (muchacho) su larga y hermosa cabellera azabache que siempre le había gustado a Boy.

Las mujeres enseguida la imitaron. Su negocio había prosperado tanto, que Coco decidió abandonar el local número 21 de la rue Cambon para ampliarlo y se trasladó al número 31 de la misma calle, dando el salto de modista a couturière.

Chanel se compró un Rolls-Royce azul oscuro que ordenó tapizar en negro y lanzó la moda de los coches oscuros, que tuvo muchos seguidores.

Coco diseñó el vestido más maravilloso que pudiera soñar una novia para su hermana Antoinette, pero esta fue desgraciada en su matrimonio y se quitó la vida. Su suicidio obsesionó a Coco, quien desterró para siempre de sus colecciones los vestidos de novia.

-¡Traen mala suerte! No volveré a provocar al destino -dijo.

Coco hizo copiar las perlas de los Romanov y lanzó la moda de los collares largos de varias vueltas. Así, Coco apareció en la revista Harpers Bazaar. Ella fue la única capaz de mezclar las joyas falsas con las auténticas.

-Lo que importa no es el quilate, sino la ilusión -dijo convencida de lo que hacía.

Coco introdujo el Chanel Suit (traje) y subió la falda desde el tobillo hasta encima de la rodilla, dejando a los moralistas petrificados. Ella había extendido su boutique del 31 de la rue Cambon, hasta los números 27 y 29, y abrió una sucursal en Cannes.

En 1921 tuvo lugar uno de los eventos más importantes de su vida: ¡el lanzamiento de su perfume Chanel No. 5!

Con la ayuda del químico perfumista Ernest Beaux, Coco escogió una fragancia en la que entraban 80 ingredientes, produciendo un perfume que se distinguía de los de entonces. La aceptación fue apoteósica y el perfume se convirtió en un clásico.

Chanel diseñó el vestuario para la obra Le train bleu, una pieza de los Ballets Rusos presentada por Cocteau y Diaghilev. El príncipe de Gales (futuro rey Eduardo VIII) la asediaba, pero Chanel confesó: -Me aburría a su lado.

Coco transformó el negro, que era un color de luto, en el “vestidito negro”, que imperó con éxito desde entonces y que no puede faltar en el clóset de las mujeres hasta hoy.

Una de las grandes lecciones de Coco era: “Cuando una mujer envejece, debe vestirse de blanco… El blanco lo borra todo”.

En 1931, Coco fue contratada por la MGM y le pagaron un millón de dólares para que viajara dos veces al año a Hollywood para vestir a sus estrellas. Ella fue recibida por la gran Greta Garbo.

“Dos reinas se conocen”, publicó el titular de un diario sobre el encuentro. Cocó vistió a Greta, Gloria Swanson, Marlene Dietrich y Katharine Hepburn.

Chanel abandonó París en 1945 y se fue a Suiza. Regresó a Francia en 1954. A los 71 años de edad, reabrió su casa de moda. A los 80 años, su perfume seguía siendo el número uno en ventas. Aunque era multimillonaria, seguía trabajando. Pero en su vida privada era una mujer solitaria.

El 1º de enero de 1971 amaneció el cielo gris, como presagio de un día muy triste. La mucama de Coco la oyó gritar en su habitación en el Ritz. Corriendo fue a socorrerla y la encontró bañada en lágrimas.

-Me están matando -se quejó Coco.

-¿Quiénes, mademoiselle?

Nunca lo supo, porque las últimas palabras de Coco fueron:

-¿Ves? Así es como se muere.

Y abandonó este mundo dejando un gran legado a la moda un 10 de enero de 1971.

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