El Banxico despertó

Desde febrero de 2016, cuando el Banxico junto con la SHCP determinaron una modificación en la política fiscal, monetaria y cambiaria, el banco central no había intervenido en el mercado cambiario. En aquel momento, el peso logró recuperarse de 19.44 hasta 17.24 para marzo. Sin embargo, desde ese nivel mínimo a la fecha, la divisa nacional se ha depreciado 24.5% y fue hasta ayer cuando vuelve a intervenir. No se sabe el monto ni el número de intervenciones directas en el mercado, y será hasta el próximo martes cuando se conozca el estado de cuenta a través del nivel de reservas y sepamos lo realizado ayer.

Al nerviosismo por el entorno interno social, económico y político se le suma la cercanía del inicio de Donald Trump en la Presidencia de Estados Unidos y ha sido suficiente para acumular en el año, perdón, en tan sólo cuatro días, una depreciación de 3.35%, después de un 2016 donde el peso mexicano perdió 20.5%.

Por un lado, es bueno intervenir directamente en el mercado porque se reduce el tema de “especulación”. Sin embargo, cuando hay desconfianza y condiciones fundamentales en riesgo, la recuperación sostenible es cuestionable.

Demos un poco de tiempo para ver hacia el 20 de enero con el inicio de Trump cómo va desarrollándose la divisa nacional y desde nuestro punto de vista el Banxico está midiendo los riesgos operativos que se presentan. Sólo basta con recordar que el movimiento diario alcanza los 110 mil millones de dólares y en donde 80% se mueve fuera de México y el 20% restante es local para darnos una idea del efecto que se puede tener.

Analizando la minuta de la FED

La minuta de la Fed, conocida el miércoles pasado, reflejó un voto unánime en el incremento de 25 puntos base y un tono ligeramente más “restrictivo”. Uno de los asuntos importantes fue que la “incertidumbre” reina sobre la forma en que irán delineando la política fiscal y económica para el nuevo período de la administración y su efecto sobre el crecimiento de la economía y la inflación.

La mayoría de los miembros actuales de la Fed consideran un balance de riesgos al alza por la política fiscal “expansiva” que puede llevar Trump. Es decir, ya en el inicio de la actividad del Congreso americano existe una agenda para trabajar en eliminar el Obamacare, la reducción de impuestos, bajar los niveles de regulación financiera y ambiental, así como incrementar proyectos de infraestructura. Además, estarán los temas comerciales que destacarán los relacionados a México y China.

Aterrizado a mercados, el instrumento referente es el bono a 10 años, que es la herramienta más líquida a nivel mundial. Éste llegó recientemente a un nivel no visto desde septiembre de 2014, en 2.62%, para estar en estos momentos sobre niveles de 2.35%. Es probable que por el momento presente movimientos más laterales antes de volver a presionarse. Significa que el movimiento de alza siguiente para la Fed será entre marzo y junio, una vez conocido el inicio de la administración de Trump, la relación que llevará con el Congreso, el estatus de la inflación y el propio crecimiento y dinamismo que vaya mostrando la economía.

Pero la minuta mostró también que los funcionarios podrían señalar un ritmo incluso más agresivo de alzas de tasas si las presiones inflacionarias se incrementan. Trump prometió en su campaña a la Casa Blanca hacer en los siguientes años que la economía duplique su tasa de crecimiento y “reconstruir” la infraestructura del país.

T: @1ahuerta

 

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