Una ‘bala de plata’ contra la inflación

Recordará que con cifras del INEGI, la tasa de inflación anual al corte de mayo pasado, fue de 6.16 por ciento. Ese nivel de inflación fue el más alto que se ha visto desde 2009.

La inflación tocó fondo en un nivel mínimo de 2.13 por ciento a tasa anual, en diciembre de 2015, y prácticamente desde entonces inició su racha alcista.

Un factor que ha influido mucho en el aumento de los precios es sin duda alguna el tipo de cambio. Gracias a que éste desde el 20 de enero en que Trump tomó posesión del cargo, ha comenzado a bajar de 22 hasta los poco más de 18.10 pesos por dólar en que cotiza hoy, es previsible que las presiones inflacionarias tiendan a disminuir en la segunda mitad del año.

De todos modos, ahora que es evidente que la inflación comienza a ser un problema, es un excelente momento para desempolvar una propuesta que lleva bastantes años en el olvido por parte, tanto del gobierno, como de los legisladores y el Banco de México, que la han mantenido en la congeladora legislativa. Me refiero a la propuesta de dar un valor estable a la onza de plata Libertad en el país.

México es el principal productor global de plata, pero este honroso lugar sería mejor aprovechado si –además de la ya existente monetización que existe en términos de la Ley Monetaria del país-, la aprovecháramos para proteger de mejor manera el ahorro familiar de los mexicanos.

El autor original de la propuesta es el empresario Hugo Salinas Price, que por décadas ha sido un promotor y defensor del dinero honesto, frente al peso fiduciario que no tiene un respaldo de valor real.

No se trata ni de crear un inviable ‘patrón plata’ –es decir, de respaldar al peso en este metal-, ni de desaparecer los pesos que usamos en la actualidad. Tampoco de acuñar monedas con plata y ponerlas a circular como se hacía antes.

Esos intentos fracasan justo porque a causa de la inflación, llega el punto en que la moneda vale más por el metal fino que contiene que por su valor nominal grabado en la moneda.

Esto provoca que termine en las fundiciones para ser vendido. Para ilustrar: si usted tiene una moneda que vale dos pesos en metal, pero que dice en su reverso que vale un peso nada más, es probable que prefiera venderla para sacarle ese beneficio y embolsárselo.

Por eso la propuesta de Salinas Price es diferente. Consiste en que Banco de México fije un valor para la moneda de plata, que sea ligeramente mayor que su valor en metal precioso (que se fija en el mercado internacional), y que no lo tenga grabado en ninguna de sus caras, así como en el diseño de las monedas Libertad.

Si la inflación o el precio de la plata suben, Banxico tendría que ajustar al alza el valor fijado de la moneda y dejarlo ahí estable (incluso si la plata cae de precio en el mercado) hasta que, otra vez, por inflación o por alza del precio del metal, tuviera que volver a escalar su valor.

De este modo, nunca se iría a la fundición y sí se estimularía y se protegería el ahorro familiar de los mexicanos que invirtieran en ellas, porque a diferencia de los pesos –que si los guarda ‘debajo del colchón’ pierden valor día con día-, usted dormiría tranquilo sabiendo que su ahorro en plata lo va a mantener a flote porque va a conservar su poder de compra a pesar de los años.

Esto es algo que nadie en el mundo ha hecho y que pondría a México a la vanguardia, sin contar que además se aprovecharía más y mejor la plata que aquí se produce. Vamos a insistir de nuevo en este tema, ojalá que antes de que se vaya, ahora sí el Dr. Carstens nos tome en cuenta.

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