Vaya días en el que el riesgo geopolítico entre Estados Unidos y Corea del Norte generó ajustes en los principales mercados, aunque hay que reconocer que dado el exceso de liquidez que se tiene por las inyecciones de los bancos centrales, los movimientos se han dado por momentos.
Existen algunos indicadores que nos permiten evaluar riesgos de cambio de tendencia en los mercados. Uno de ellos, el propio Índice Dólar (DXY) frente a la canasta de divisas, otro el Índice VIX, que mide las posiciones largas vs. las cortas en el Índice S&P500 y un tercero que es el ETF DOG, que viene siendo el movimiento para “corto” del Índice Dow Jones.
En ellos estamos observando algunas variaciones que validan cierta volatilidad en los mercados, presentan riesgos que muestran señales de “precaución”. En primera instancia el VIX y el DOG.
Es importante comentar que agosto es un mes complicado. Si consideramos la variación mensual del mes de agosto de cada año desde 1987 hasta la fecha, existe 50% de probabilidades de baja y 50% de alza. No obstante, agosto, septiembre y octubre resultan ser meses de alta volatilidad.
Si consideramos el mercado americano, el Dow Jones, por ejemplo, en agosto de 1990 ajustó a la baja 10%, en 1997 bajó 7.3%, en 1998 perdió 15.3% y en 2016 retrocedió 6.6%, mientras que al alza sólo destaca agosto de 2000 con un movimiento de +6.6%.
Además del riesgo geopolítico, el mercado espera conocer en este mes los avances relacionados a la reforma fiscal, si se logra derogar el Obamacare con lo que los ahorros estimados ayudarían a una mayor reducción en la tasa de impuestos de las personas morales.
Hasta ahora, la economía americana crece a un ritmo saludable del orden de 2.0% anual, una creación de empleos promedio cercana a las 200 mil plazas y una inflación dentro del objetivo de la Fed (no mayor a 2.0% anual).
En política monetaria, en septiembre, la Fed podría dar a conocer avances de su plan de reducción de su balance.
En México
La inflación general de julio registró un aumento de 6.44% anual, su mayor nivel en ocho años ante presiones en productos agropecuarios como el jitomate, la papa, etcétera. Sin embargo, fue una sorpresa positiva que la inflación al productor disminuyó 0.25% para alcanzar 5.92% anual, ya por debajo de la inflación al consumidor, con lo que los precios al consumidor podrán tener un posible período de mayor estabilidad. Quizá hayamos visto el pico de la inflación en este 2017 o, al menos, está ya muy cerca.
Con esto, se confirmó que el Banxico dejó por fin sin cambio la tasa de referencia en 7.0%, aunque las condiciones seguramente seguirán siendo precautorias esperando por un lado que la Fed presente movimientos de alza graduales y en nuestro caso ya con cierto efecto sobre una probable desaceleración de la economía.
Ahora, la siguiente semana será el tema del inicio de la renegociación de la deuda de la que ya hemos hablado.
El punto viene en qué pasará con el tipo de cambio.
Probablemente entre agosto y octubre veamos más inercia de una presión al alza. Niveles de 18.50 no serán descartables en las próximas semanas…