Muchas veces he escuchado a personas decir que, “La vida no tiene sentido”, que, “Para qué carajo vinimos a este mundo”. Empezando por un servidor. Sí, aunque le parezca increíble, yo he sido el primero en preguntarme, ¿Para qué estoy aquí? Gracias a un trabajo profundo, a echarme un clavado por la película de mi vida, y a “valorarme y a amarme por lo que soy” es que poco a poco, he dimensionaldo “mi misión en la vida”

Mi mamá me cuanta que a raíz de mi nacimiento complejo y la situación de mi discapacidad, una tía muy querida, llegó a decir que yo era “el 620, la música que llegó para quedarse” Una canción del rockero mexicano, Alex Lora. Y cada que conozco a alguien, y le comparto mi historia, me dice que yo tengo una misión muy grande en la vida. Y sí, hoy me queda claro.

 

 

 

Yo siempre, he creído que “dar gracias” y “ser agradecido” son las claves para vivir en armonía.

Un proverbio chino, cuyo propósito es resaltar el deber de ser agradecidos, reza: “Cuando bebas agua, recuerda la fuente”. La gratitud es una de las virtudes más hermosas del ser humano. No existe libro sagrado que no destaque su nobleza: la Biblia, el Corán y los textos judíos y budistas, por solo mencionar algunos.

Si algo sostienen en común esas escrituras, es la necesidad de agradecer siempre a la naturaleza, a nuestros semejantes y, fundamentalmente, a Dios, por todo lo que recibimos a diario. Pero, sobre todas las cosas, por la vida. ¡Solo vivir es motivo para agradecer!

La gratitud está relacionada con la felicidad. Hay quienes dicen que ser feliz es muestra de agradecimiento, pero en realidad es a la inversa. Según el monje católico benedictino David Steindl-Rast, “es la gratitud la que nos hace felices”.

En resumen, para mí, “Si no hay felicidad, no hay gratitud”.

Hace unos días, compartí en mis redes sociales una foto que para mí, es de suma importancia. En ella, se ve a un Xicani recién nacido, de seis meses que pesaba 1 kilo 20 gramos, y que por lo que me cuenta mi madre, siempre con la premisa de “vivir al máximo”

Estas fotos las encontré, porque tuve el honor de ser nominado por la asociación civil, “RedExpo Social como “Premio Estatal de la Juventud 2017, en la categoría de (Superación de Personas con Discapacidad)

En la búsqueda de los trámites para mi nominación, hice una recapitulación de mi trabajo a favor de la “Inclusión Laboral y Social para las Personas con Discapacidad” Ahí me di cuenta que la vida ha sido muy generosa conmigo, porque no solo tengo el honor de ser vocero de muchas personas que no tienen voz, si no que también, he podido tocar millones de corazones y alzar la “voz para los que no tienen voz” Ese es el regalo más grande que la vida y Dios me han regalado.

Agradezco de forma muy especial a mi familia, (Mamá, Papá, Hermana) Por ser los primeros en confiar en mí, en tenderme la mano cuando me caigo, a mis amigos y  hermanos de vida, por caminar de la mano.

A Fundación ParaLife, por ser la primera fundación en permitirme llevar la voz de muchas Personas con Discapacidad, que buscamos tener las mismas oportunidades que todos.

A todas las empresas, públicas y privadas, escuelas y universidades, así como entidades gubernamentales, por permitirme dar un mensaje de “servicio y compromiso” para sus colaboradores.

A mi amada Fundación Vuelo Libre, porque cada día me recuerda que la vida se resume en la frase extraordinaria de la Madre Teresa de Calcuta: “El que no vive para servir, no sirve para vivir.”

Y por último y no menos importante, a usted que cada viernes está atento a mi blog y que me regala unos minutos de su tiempo para leer lo que de corazón y en contribución, escribo para usted.

Aprovecho para agradecer a mi amigo y director de Pilotzi Noticias, Julio Pilotzi por ser inspiración para comenzar esta columna, “Sigo en Pie”

Finalmente, quiero citar a la cantante chilena Violeta Parra: “Gracias a la Vida que me ha dado tanto”

Con cariño y gratitud:

Xicani.