En la primera ronda de renegociación del TLCAN Canadá buscará impulsar fuertes estándares laborales, reforzar regulaciones ambientales, mantener el mecanismo de resolución de controversias e introducir nuevos capítulos relativos a igualdad de género y derechos indígenas.
Al hablar ante el Centro de Estudios en Política Internacional, de la Universidad de Ottawa, la ministra de Asuntos Globales, Chrystia Freeland, cabeza del comité negociador canadiense, se mostró optimista de que los estadounidenses “han entendido” la crucial importancia de la relación comercial con Canadá.
Sin embargo, reconoció que en el proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Canadá, Estados Unidos y México -el primero en 23 años- habrá “momentos de drama y exaltación”.
Recordó cómo en 1987, cuando los dos primeros países buscaban un acuerdo comercial, el negociador canadiense Simon Reisman dejó la mesa de diálogo y volvió a Ottawa ante la negativa de Washington de permitir un mecanismo independiente de resolución de controversias.
La ministra presentó ante el Comité Permanente de Comercio Internacional de la Cámara de los Comunes los objetivos que buscará el “Team Canada” en la mesa de diálogo trilateral, que inicia este miércoles en Washington.
No obstante, al hablar ante académicos de la Universidad de Ottawa, la canciller manifestó su optimismo respecto a que tras meses de cabildeo con sus contrapartes del sur, “los estadunidenses han entendido la importancia de nuestra relación comercial”.
Advirtió que está preparada para enfrentar la dificultad que significa reformar un tratado, a diferencia de negociar uno nuevo.
Concretamente, la exministra de Comercio Internacional aseveró que el equipo canadiense será “cordial”, pero velará por los intereses de los canadienses: “No hay contradicción entre ser respetuoso y ser firme”, además de que “buenas cercas hacen buenos vecinos”.
Incluso reconoció que “estas pláticas tendrá consecuencias”, por lo que recomendó “evitar ser el chivo expiatorio del otro”.
“Aunque la globalización económica ha ejercido presión sobre algunos de nuestros empleos, la automatización y la digitalización han sido factores mucho mayores. La naturaleza del trabajo ha sufrido una revolución en los últimos veinte años, impulsada por un profundo cambio tecnológico”, mencionó.
“Estamos listos para ver cambios aún más dramáticos con el surgimiento de la Inteligencia Artificial. Estas innovaciones son ampliamente positivas y pueden hacernos más prósperos”, puntualizó.
En su discurso de más de media hora, televisado a través de las redes sociales, Freeland definió que Canadá buscará un comercio “progresista” con México y Estados Unidos por el bienestar de los ciudadanos de los tres países.
“El TLCAN ha sido un extraordinario éxito. Norteamérica es la más grande zona económica del mundo. Desde 1994 el comercio entre los tres países se ha triplicado haciendo a esta zona un mercado de 19 trillones de dólares con 470 millones de consumidores”.
Además, la economía canadiense es 2.5 por ciento más grande cada año gracias al acuerdo trilateral, es decir como si Canadá hubiera recibido un cheque de 20 mil millones de dólares cada año desde que el TLCAN fue ratificado.
Como ejemplo de este éxito, citó el caso de la empresa automotriz canadiense Magna, que emplea 62 mil estadunidenses, 22 mil mexicanos y 20 mil canadienses construyendo autopartes y componentes que abastecen las cadenas de suministro de la región.
Freeland enfatizó que el éxito de modernizar el TLCAN es hacer que las ganancias de éste sean “justas y compartidas”.
Canadá, Estados Unidos y México tienen gran “interés compartido” en llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso. “Los sólidos fundamentos económicos son un argumento convincente para reforzar lo que funciona y mejorar lo que se puede mejorar. Estoy segura de que esta es una historia con un final feliz”, concluyó la ministra.
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