México aplica sofisticación tecnológica a su industria automotriz: Cepal

México ha acelerado su proceso de transformación, pasando de ser una plataforma de bajo costo para el ensamblaje de vehículos de consumo masivo a una cadena productiva mejor integrada y más diversificada en términos de productos y sofisticación tecnológica, según un informe de la Cepal.

En un apartado llamado “La industria automotriz de México: un caso de éxito bajo tensión”, el organismo de Naciones Unidas analizó el estado del sector y entregó sus previsiones respecto de su futuro en el actual escenario de incertidumbre.

Indicó que, tras la crisis financiera internacional, “México ha acelerado su proceso de transformación, pasando de ser una plataforma de bajo costo para el ensamblaje de vehículos de consumo masivo a una cadena productiva mejor integrada y más diversificada en términos de productos y sofisticación tecnológica”.

“Esto último permitiría esperar una densificación del tejido productivo de mayor contenido tecnológico, lo que fortalecería la posición de México en una industria sometida a fuertes presiones derivadas de las nuevas tendencias”, precisó.

Detalló que la industria automotriz mexicana aporta más del 3.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país y 18 por ciento del PIB manufacturero de México, con un superávit comercial superior a 52 mil millones de dólares al año.

Además, cuenta con una IED acumulada de más de 51 mil 200 millones de dólares y es responsable de unos 900 mil empleos directos, donde 80 por ciento de la producción automotriz mexicana es destinada a la exportación.

México, el séptimo productor del mundo y el cuarto exportador global de vehículos, destina el 86 por ciento de sus exportaciones automotrices a los mercados de Canadá y Estados Unidos.

Respecto al futuro de esa industria mexicana, éste dependerá de “la transformación impulsada por la revolución tecnológica que está experimentando la industria automotriz global”, además de los cambios del concepto de movilidad y de los patrones de consumo.

A ello se suma “la presión regulatoria en torno a la seguridad, el medio ambiente y la eficiencia energética”, además del “clima de incertidumbre causado por los anuncios emitidos por la nueva administración de los Estados Unidos”.

Reconoció que, si bien México ha sido capaz de atraer a los principales fabricantes mundiales y a un número muy significativo de proveedores de primer y segundo nivel, “el país aún muestra cierto rezago respecto a las empresas de tercer y cuarto nivel”.

“Esto revela la debilidad de la estructura productiva local, particularmente en lo que se refiere a las pequeñas y medianas empresas con un alto componente de conocimiento y tecnología”, consignó la Cepal.

Esta realidad, “además de ser una oportunidad perdida para incrementar el valor agregado local en los productos automotores, limita la propagación de los beneficios productivos y tecnológicos indirectos al resto de la economía local”, añadió el informe.

Calificó como “insuficientes” los avances en materia de creación y optimización de capacidades locales en materia de recursos humanos, ciencia, tecnología e innovación y desarrollo empresarial, aunque reconoció que “México ha progresado notablemente en estos ámbitos”.

“De contar con un tejido industrial más denso y capacidades locales más sólidas, la industria automotriz mexicana enfrentaría menores riesgos frente a los cambios que comienza a experimentar el sector”, puntualizó el organismo de Naciones Unidas.

Señaló que “el avance de la robótica y la reducción de los costos de los robots colocarán a los empleos de la industria automotriz en una situación difícil en el mediano plazo, al menos para algunas de las funciones mejor pagadas”.

Advirtió que una eventual “perturbación de las cadenas productivas de la industria automotriz” en América del Norte, producto de nuevas políticas en Estados Unidos o la renegociación del TLCAN, “tendría fuertes efectos negativos en términos de empleos y competitividad”.

“En ese contexto, China podría ver reforzado su papel dominante como productor de partes, componentes y maquinaria especializada, dado el tamaño y el bajo costo con que opera su industria automotriz”, comentó el informe.

Agregó que “la conjunción entre las presiones de la revolución tecnológica y el cambio de enfoque de las políticas comercial e industrial de Estados Unidos se da en un momento en que la industria automotriz mexicana se encuentra en una posición fuerte” y plantea desafíos para seguir con su nivel mundial.

“Más allá de la negociación comercial en curso, la respuesta (mexicana) tendrá que basarse en nuevos esfuerzos de política sectorial y tecnológica en el marco de la actual realidad de la industria automotriz mundial”, remarcó el organismo.

NTX

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