¿Pueden las redes sociales reflejar conductas que afecten el mercado bursátil?

“Las cualidades que hacen que Twitter parezca insano y crudo, son las que lo hacen tan poderoso.” Jonathan Zittrain, Professor of Law at Harvard.

Las redes sociales se han  convertido en la última década en mecanismos de divulgación de información cuya corroboración y constatación resulta frecuentemente difícil. Apenas en los últimos años empiezan a realizarse algunos estudios que permiten identificar patrones de lenguaje y tono, calidad de información e intencionalidad, que pueden servir de termómetro para medir el comportamiento o sentimiento de la sociedad que se expresa a través de las redes.

En temas financieros, recientemente se han empezado también a encontrar mecanismos que permiten identificar cómo la información que fluye en redes como Twitter (que por su propia naturaleza tiende a tener un mayor porcentaje de contenido noticioso), expresan las emociones y conductas de los inversionistas y, por ello, se traduce en información que se manifiesta en el comportamiento del mercado bursátil.

En el estudio The Effect of Social Media and Gender on the Stock Market, de Lahtinen y

Soo Lee, publicado en The Journal of Behavioral Finance & Economics, se desarrolla un modelo que permite analizar si, en términos de su efecto en los mercados, la información que fluye en Twitter es solamente ruido, refleja opiniones o transmite información, así como si ello permite pronosticar el comportamiento futuro de las acciones.

Se analizaron 8 millones de tweets en los que se hace referencia a más de 5000 compañías cuyas acciones se comercian en el mercado de valores Estados Unidos.

La investigación mostró que, en términos generales, los retornos esperados del mercado pueden ser previstos a partir de la inferencia la confianza y los sentimientos que se expresan en la twits con notas u opiniones relativas a las empresas analizadas y que circula en las redes sociales.

De manera específica, el volumen de transacciones de las acciones puede predecirse a partir del nivel de confianza que se expresa en los tweets analizados, mientras que la volatilidad esperada se encuentra relacionada con los sentimientos que dichos tweets expresan.

Si bien la información permite medir el volumen probable del intercambio de acciones y la volatilidad posible en el precio de las mismas, estos indicadores no permiten, aún, identificar con precisión las correlaciones con el comportamiento hacia el alza o el declive de los precios de los activos financieros.

Hoy, las redes sociales son una presencia ubicua en la vida de las personas en comunidades urbanas y en gran medida en otros centros suburbanos que antes se consideraban ajenos a este tipo de influencias.

Sin embargo, un  problema fundamental para quienes pretenden utilizar la información que obtienen de redes sociales para orientar sus decisiones, es que la frecuencia y orientación de los argumentos e información vertida y expresada de manera generalizada en las redes sociales, no reflejan datos concluyentes, sino emociones y sentimientos que con frecuencia expresan de manera un sentimiento generalizado, aun cuando no esté fundamentado en información verificable.

La mayoría de las personas que participamos en mayor o menor medida en redes sociales o mecanismos de comunicación grupal, recibimos diariamente decenas de bloques de información que, si bien su propia estructura denota falta de credibilidad, fluyen e influyen, o por lo menos condicionan, nuestros procesos de decisión y análisis y de formación de opinión.

La incertidumbre vigente en temas económicos y políticos del país es evidente; por ello, utilizar sin discriminación información captada en redes sociales, como única guía para estructurar nuestras opiniones, visiones y decisiones, en la mayoría de los casos nos llevará a acciones que comprometan nuestro bienestar futuro.

El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, columnista en El Economista y Director General de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.