Cómo podemos mejorar las decisiones entre ahorrar para el futuro o gastar en el corto plazo

 

“Un hombre es rico en la proporción de cosas que puede dejar pasar.” Henry David Thoreau, escritor y filósofo estadounidense

En varias ocasiones me he referido al fenómeno de las decisiones intertemporales, que se refieren a aquellas que involucran valorar entre alternativas de corto y de largo plazo.

Específicamente, este tema resulta relevante cuando hablamos de decisiones de ahorro o gasto, porque representan la decisión entre la gastar y tener una recompensa en el corto plazo o ahorrar y tener esta recompensa (a través del rendimiento) en el futuro.

Los productos financieros y la mayoría de los esquemas de educación financiera parten del supuesto (generalmente incorrecto), de que las personas somos capaces de valorar adecuadamente la recompensa del futuro y, consecuentemente, restringir nuestro gasto en el presente; para que con ese ahorro tengamos un retorno favorable en el futuro que apoye por ejemplo nuestra etapa del retiro.

Estas decisiones, no necesariamente tienen que manifestarse en periodos largos; existen estudios que muestran como decisiones entre recibir una cantidad hoy o una cantidad mayor en dos meses, tienden también a mostrar una preponderancia por la decisión de corto plazo.

En el artículo Framing Effects in Intertemporal Choice, de Faralla, Novarese y Ardizzonetal, publicado en el Journal of Behavioral and Experimental Economics de diciembre de 2017, se habla por ejemplo de la decisión entre recibir por ejemplo 5,500 pesos hoy o recibir 7,500 pesos dentro de dos meses.

Bajo el modelo estándar tradicional de análisis de decisiones financiera, las personas deberían ser capaces de distinguir el enorme premio que representa, en este caso, un rendimiento de 36% (más de 200% anualizado) tomar la segunda alternativa.

Sin embargo, la realidad es que aún en periodos de decisión tan cortos, una parte importante de las personas tomara la decisión, irracional, de preferir el dinero de corto plazo.

En la investigación, se analizó si otros mecanismos conductuales pueden influir en estas decisiones.; por ejemplo, el llamado sesgo de “framing”, que se refiere a cómo la forma en la que se presenta la misma decisión (la manera en que se “enmarca”), que puede cambiar el resultado de la misma.

Se presentó una decisión entre dos alternativas, en dos bloques de personas. Al primer bloque se le presentó la alternativa entre recibir 5,500 pesos hoy o recibir 7,500 pesos en dos meses. Una mayoría significativa optó por la primera opción.

En un segundo grupo, la pregunta se planteó como la alternativa de recibir 7,500 pesos en dos meses o recibir hoy la misma cantidad, pero con una penalización de 2,000, para un monto de 5,500 pesos.

Como se aprecia, los datos son exactamente los mismos; la diferencia estriba en que, en el segundo caso, se presenta como una penalización y se hace explícito el monto de la misma.

El estudio mostró, que con esta variación menor que agrega información y se presenta como una penalización, cambia la propensión de las personas a escoger la opción inmediata, creciendo el número de los que prefieren la recompensa mayor con un tiempo de espera.

Lo anterior, ratifica la propensión de las personas para tomar decisiones irracionales cuando la recompensas de las mismas están en diferentes momentos en el tiempo; y muestra que es posible afectar la irracionalidad implícita de las decisiones, a partir de presentarlas como una penalización o pérdida.

Lo anterior, debería ser considerado por las entidades financieras las encargadas de política pública, para impulsar y favorezcan la reducción del gasto de corto plazo, en favor del ahorro.

En lo individual, esta información puede ayudarnos también para propiciar el ahorro familiar, por ejemplo, con nuestros hijos, para generar motivadores conductuales que propicien el hábito del ahorro, superando las barreras conductuales que favorecen el gasto inmediato.

El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, columnista en El Economista y Director General de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares

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