El Banxico y la inflación

 

Ayer, el Banxico decidió su política monetaria de la reunión de febrero en la que aumentó en 25 puntos base la tasa de referencia para ubicarla en 7.5%, y con ello mantener una franca tendencia al alza, cuyo costo seguirá impactando en la propia actividad económica cuyo motor interno sigue en desaceleración.

Tiene un efecto directo en el costo financiero de la sociedad, personas y empresas que mantienen créditos bancarios y no bancarios, así como en el ritmo de financiamiento que otorga la banca, que al final debe vigilar la calidad de la cartera y el tema de morosidad.

Dentro del comunicado, el Banco Central considera que la inflación, que repuntó hacia finales de 2017 hasta 6.77%, alcanzando su mayor nivel en 17 años, ha venido disminuyendo. Sin embargo, persisten riesgos sobre todo por el subíndice subyacente de mercancías.

Desde nuestro punto de vista, el Banxico enfrentará un doble reto que será justamente desacelerar el ritmo de inflación para regresar a su meta de 3.0 +/- 1.0% seguramente hacia 2019, pero, por otro lado, el seguimiento a la política monetaria de la Fed en la que se percibe que en marzo estará incrementando otros 25 puntos base para llevar la tasa a 1.75%, pero seguramente revisará al alza previsiones de crecimiento e inflación, con lo que su tono será “más restrictivo” y a pesar de tener un gran “spread” entre la tasa de interés de México y Estados Unidos, vemos difícil que el Banxico logre aislarse con éxito de ese movimiento.

Estamos empezando a ver un proceso de políticas monetarias “más restrictivas” en las grandes economías. Un crecimiento económico global como el actual implicará un riesgo de una mayor inflación, y ahora será tarea de los Bancos Centrales adecuar las condiciones monetarias para que sea sostenido.

Ya tenemos en Europa un primer escenario de un cambio hacia una política monetaria más restrictiva como fue el Banco de Inglaterra (BoE), que a pesar de haber dejado sin cambio la tasa de interés en 0.5%, su tono fue más “restrictivo” y seguramente iniciará con movimientos de alza en las próximas reuniones en el presente año, y seguramente el Banco Central Europeo (BCE) hará algo similar en su siguiente reunión.

La inflación de enero cumplió con las expectativas. Se ubicó en un nivel de 5.55% anual, disminuyendo en 122 puntos base con respecto al cierre de 2017 en 6.77%.

La inflación al productor se ubicó en 3.38%, colocándose por debajo de la inflación al consumidor en 217 puntos.

Poco a poco, la inflación irá cediendo terreno. Sólo hay que recordar que entre enero y marzo de 2017, la inflación subió en directo 2.92%, por lo que estimamos que hacia marzo, la inflación al cierre del primer trimestre del año se ubique más cerca de 5.0% anual

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