El dólar ya vio ganador el 1 de julio

 

Desde el pasado 15 de junio –día en que llegó a un máximo de 20.96 pesos, nivel no visto desde enero de 2017-, el peso por fin comenzó a revertir la continua caída que mantuvo desde mediados de abril, cuando el precio del dólar tocó fondo en los 17.93 pesos.

Antier el tipo de cambio bajó hasta los 19.78 pesos en el mercado al mayoreo, lo que significó su mejor nivel desde el 30 de mayo pasado.

Son varios los mensajes que pueden leerse de este fortalecimiento de nuestra moneda. Por ejemplo, que ante la proximidad de las elecciones, los inversores están dando por hecho dos cosas: un posible triunfo contundente del candidato puntero –nada de sorpresas-, y por otro lado, que no habría sobresaltos por lo menos por este factor de aquí al 1 de diciembre que tome posesión el nuevo presidente.

En este mismo sentido, según reportó el martes la agencia Reuters, Jaime Cortina, director general de Operaciones y Sistemas de Pagos de Banco de México, coincidió también en que desde su punto de vista el mercado ya descontó con una alta probabilidad que el candidato puntero según las encuestas durante toda la campaña –López Obrador-, resulte ganador.

Aclaró que la necesidad de “ajustes bruscos” en los mercados dependerá del mensaje que envíe el candidato vencedor en materia de política económica, que seguramente tendrá que ser un tono conciliador y tranquilizador para los inversionistas.

A esto por supuesto ha contribuido que Banco de México (Banxico) –bajo la dirección del ‘halcón’ Alejandro Díaz de León-, ha mostrado una postura agresiva contra la inflación, elevando su tasa de interés objetivo hasta 7.75 por ciento la semana pasada. De igual modo, el gobierno ha hecho lo propio para lograr en 2017 y 2018 un superávit primario que contenga el deterioro de las finanzas públicas de años anteriores. No es un gran logro esto último, pero al menos el crecimiento de la deuda como porcentaje del PIB ha dejado de crecer.

Sin embargo, pese a estos esfuerzos, la realidad es que la fortaleza del peso podría ser de corta duración, porque allá fuera hay también factores que podrían seguir afectándolo, como la gran incertidumbre por la renegociación del TLCAN y la agresividad que ha mostrado Donald Trump contra el libre comercio para reducir el déficit comercial de EU.

No olvidemos que para empezar, ya impuso aranceles para reducir las importaciones de su país desde México, Canadá y China.

Antier, por ejemplo, Trump dijo que pronto impondría aranceles a la importación de autos desde la Unión Europea, por lo que es de esperar que esta postura también la tenga con nuestro país, donde tampoco ha dado muestras de estar más dispuesto a ceder en materia comercial.

En suma, ojalá que baje más el dólar –por los factores que sean-, pero si lo hace, habrá que tomar la oportunidad para comprarlo como inversión de cobertura y como protección a nuestros ahorros, ya que en próximos meses la presión sobre nuestra moneda va a volver.

Más allá de la coyuntura, la realidad es que las políticas asistencialistas que AMLO ha prometido, no cuadran con sus propuestas de mantener la disciplina fiscal y de no aumentar los impuestos ni la deuda.

Por eso, en esta columna prevemos que –una vez pasada la ‘luna de miel’ del ganador de las elecciones presidenciales- la debilidad estructural del peso despertará a la cruda realidad. Tome sus previsiones.

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