Las causas justas

Dedicado a Lorena, gran ser humano, y activista social. Desde pequeño, mis papás me han inculcado el “respeto” entre personas. Podemos pensar y actuar de diferentes maneras, pero siempre, buscando el “bien común para todos”

Haciendo memoria de “historias guardadas”, en estos días, recordé un momento singular de mi vida. Iba por una plaza comercial en la Ciudad de México. Tenía 5 años. Para desplazarme, por mi discapacidad motriz, utilizaba un triciclo color verde. Lo que más me gustaba de esta época era la atención que los niños me daban. Todos querían estar conmigo, jugar conmigo. Yo ingenuo, pensaba que era porque les caía bien, pero “¡oh sorpresa!” Era por mi triciclo verde. Ese día, recuerdo que uno de los niños, literal me bajó del mismo y se lo llevó. El niño me dijo, “¡cieguito tonto”! Yo no supe que hacer. Lloré, lloré de dolor, de impotencia, de todo. Me dolió, me lastimó el verme excluido de una sociedad. Sí, usted estimado lector, puede fijar su punto de vista, y puede decir, “eran niños”. Eso fue hace 25 años. Hoy, sigue pasando lo mismo, no sólo con las Personas con Discapacidad. Con mujeres, con hombres, con los grupos vulnerables.

 

Desde este momento, pienso que algo de “apoyar a los que no tienen voz”, se me pegó en mi ADN. A pesar de mi discapacidad, siempre buscaba defender a mis amigos que eran agredidos por otros. Buscaba adherirme a una sociedad, “CERO INCLUYENTE” para las Personas con Discapacidad, y al mismo tiempo, ser eco de los más vulnerables.

 

A mis papás, siempre les dejaron muy claros lo siguiente: “Xicani no va a poder hablar”. “Xicani no podrá escribir” “Xicani no podrá ir a la escuela nunca”. Todos los días, desde que tengo memoria, la sociedad se encargaba de decirme que, este mundo no era para mí. ¿Por qué? Unas por ignorancia, y otras, por abuso de poder y discriminación.  A base de “necedad y perseverancia”, pude terminar mis estudios, y graduarme en mi licenciatura en Comunicación. Pero lo que aún no me cabe en la cabeza es, ¿Por qué aún existen personas que por una pista de poder someten a otros? Lo puedo ver en este entorno electoral en México. La clase política, todos sin excepción, han puesto a una con otros, en contra. Y eso se refleja más ahora. No vale la pena pelear por defender a un candidato, exponemos amores y cariños de las personas.

 

Otra cosa es que, cuando haces algo por apoyar a otros, no falta alguien que, “inventa cosas” para desvirtuar causas y movimientos. Esto me pasó a mí.

 

A mediados del año 2011, junto con la Fundación ParaLife, decidimos comenzar uno de los primeros movimientos de inclusión laboral en México. “Carta de Recomendación”. El cual, pretendía ser una especie de bisagra, para reunir a los actores, (empresas y personas con discapacidad) Para buscar su inserción a la vida laboral. Cabe mencionar que, SÓLO YO, TRABAJÉ SIN PAGA. Esto para demostrar a los empresarios que, las Personas con Discapacidad, podemos realizar un trabajo, como cualquier otra persona.

 

Mediante un portal en internet, se buscaba tener la mayor Carta de Recomendación, para mostrarla a los empresarios, para que se nos diera una oportunidad. Desafortunadamente, nuestra campaña fue bajada por una “cuestión política”.

 

En una misiva, se dijo que, “Xicani y la Fundación, propician la explotación de Personas con Discapacidad” Un argumento, sin fundamento alguno. Al grado de bajarnos la campaña. ¿Sabe por qué? Por “cuestión política”. Por querer “poder” a costa de una campaña que su único objetivo, era visibilizar a las Personas con Discapacidad, y nuestro trabajo.

 

Afortunadamente, el tema de la inclusión social y laboral para las Personas con Discapacidad, he ido avanzando, poco a poco. Desde ese momento, supe que aquí estaba mi vida, que muchas “personas que no tienen voz” requieren de mi apoyo.

 

Hoy les agradezco mucho a los que hace ocho años, no quisieron formar equipo conmigo, porque gracias a eso, he adquirido las herramientas necesarias para seguir incidiendo, por una cultura incluyente para las Personas con Discapacidad. Lo digo con toda humildad, y de todo corazón. ¡Gracias!

 

Y por supuesto, a todos los que desde ese momento han estado de manera ¡Incondicional! En mi vida. No los menciono, porque la lista es enorme. No me gustaría omitir a nadie. Gracias a ustedes, por ser mi apoyo cuando siento que ya no puedo más. Por permitirme aprender de ustedes, y sobre todo. ¡Gracias por ser mis grandes amigos!

 

Hoy les digo que, nunca me detendré hasta poder vivir en una sociedad incluyente. En la Fundación Vuelo Libre AC. Seguiremos trabajando para que, “las Personas con Discapacidad tengan una mejor calidad de vida”. En resumen, “¡seguiré trabajando por las causas justas!”

 

 

Xicani.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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