El incierto destino de la OTAN

El encuentro entre Donald Trump y Vladimir Putin en Helsinki será un punto de referencia en los libros de historia. Mientras que la prensa rusa lo reporta como “grandioso” y espera “el inicio de una nueva era”, los medios norteamericanos y no pocos políticos lo han recibido como alta traición.

Hay dos puntos a resaltar. El primero, que ha sido ampliamente discutido por la prensa, es la falta de respeto del presidente Trump por los servicios de inteligencia de su país; Trump dijo públicamente que le creía a Vladimir Putin que no había habido injerencia rusa en las elecciones presidenciales, en contra de las diferentes agencias de inteligencia norteamericanas.

Que hubo interferencia de los espías y hackers rusos en las elecciones en Estados Unidos y en la consulta del Brexit es innegable. Sin que importe cuánto mientan Trump y Putin, los hechos hablan por sí mismos. La noche de ayer hubo una gran manifestación, afuera de la Casa Blanca, para recordarle al presidente Trump que su trabajo es defender los intereses de Estados Unidos y no los de Putin.

El segundo punto, más espinoso todavía, fue el que hizo Trump cuando dijo que entre Estados Unidos y Rusia concentraban el 90% del arsenal nuclear y el mundo quiere “que nos llevemos bien”.

Y así, en menos de siete segundos, Trump dio la espalda a los aliados; les dijo a los países miembros de la Unión Europea que el viejo pacto de la OTAN no era significativo para esta administración de la Casa Blanca. ¡Que se las vieran con los ejércitos de Putin! Dicho en buen castellano.

Trump se equivoca al equiparar el arsenal nuclear con la solvencia política y moral para usarlo. Pasa por alto las tropelías antidemocráticas rusas y sella el destino de su gestión a los caprichos de un enemigo de Europa. Hacía tiempo que no veíamos un reajuste histórico tan contundente ni tan desafortunado.

Por ello, no sorprende que el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Mass, declaró que por vez primera desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos no estaría en la lista de países aliados de Alemania”. No podemos confiar más de forma ilimitada en la Casa Blanca”, señaló.

Así, el gobierno de Angela Merkel ratifica lo que vimos en la primera reunion bilateral: no hay más apretones de manos ni una política de colaboración estrecha.

Por su parte, la primera ministra Theresa May compartió con la prensa que Trump le sugirió demandar a la Unión Europea por las dificultades aparejadas al Brexit. Al hacerlo, expuso las intenciones de Trump de enfriar las relaciones entre el Reino Unido y la Unión. Esto sólo fortalece los intereses expansionistas rusos.

El destino de la OTAN luce incierto y preocupante…

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