No quedan muchos secretos en las islas del Caribe, pero podría haber uno solo: Belice. Tal vez sea porque esta nación centroamericana no es una isla en absoluto. O tal vez es porque está solo parcialmente en el Caribe, encajado debajo de la cola del escorpión de México y limita con Guatemala hacia el este. Sin embargo, lo más probable es que Belice no te esté señalando la forma en que las brillantes islas de St. Barts y St. Lucia han estado durante tanto tiempo. Esta relajada nación de caminos arenosos, restaurantes en la playa y ruinas realmente impresionantes es mejor para jugar duro que para atraer a los turistas con daiquiris congelados y masajes para parejas.
Pero, nos guste o no (alerta de spoiler: nos gusta), Belice está a punto de ver una serie de nuevos hoteles y, por muy lujosos que sean, prometen preservar la experiencia local sin destruir su esencia sin disculpas auténtica. Podría culpar de todo a la mega estrella Leonardo DiCaprio, cuyo eco-consciente Blackadore Caye ha estado en las noticias por aproximadamente media década hasta ahora. Pero el resort isleño de 104 acres, que se rumorea se prepara para una apertura en 2020 con 36 fincas, 36 bungalows de hoteles y aproximadamente 50 acres de tierra protegida (que actualmente está siendo cuidadosamente restaurada por el equipo de ambientalistas de la propiedad) solo comenzó el Zumbido de Belice. Itz’ana Resort & Residences, otro resort muy esperado que utiliza el enfoque de hotel-residencia, abrirá esta primavera en Placencia con un puerto deportivo de 15 resbalones, cabañas de energía solar y una playa prístina que nos recuerda a nuestras islas caribeñas favoritas Parecía hace 20 años. Four Seasons también apuesta por los bungalows sobre el agua y las residencias privadas en la isla de la Capilla Caye.
Tres nuevos resorts ciertamente no llegan a St. Barts 2.0, pero eso es algo bueno. Esos caminos llenos de baches y los agujeros de los pescadores en la pared son la razón por la que estamos aquí en primer lugar. Pero ahora, si queremos, también podemos tenerlos con un daiquiri.
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