La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH México) condenó los asesinatos de los integrantes de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), José Santiago Gómez Álvarez y Noé Jiménez Pablo, en Amatán, Chiapas, así como el homicidio del periodista Rafael Murúa, en Baja California Sur.
ONU-DH México destacó que Jiménez Pablo y Murúa eran beneficiarios del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, operado por la Secretaría de Gobernación.
“México necesita urgentemente revertir la tendencia en aumento del riesgo que enfrentan quienes ejercen el periodismo y la defensa de los derechos humanos. Sus actividades deben ser protegidas e incentivadas por el Gobierno mexicano en su conjunto pues se trata de actores fundamentales para un Estado democrático y de derecho”, dijo en un comunicado Jan Jarab, representante de ONU-DH México.
En su opinión, los recientes asesinatos “muestran que la violencia contra quienes defienden derechos humanos o informan tiene profundas raíces y es necesario impulsar cambios estructurales para atajarla”.
Con información de ARISTEGUI NOTICIAS