Son bienvenidas la polémica y discusión: AMLO

El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que busca la crítica, que la polémica es bienvenida en su gobierno, porque no aspira a una dictadura sino a una auténtica democracia.

El mandatario visitó ayer las instalaciones de El Financiero, donde tuvo una entrevista para el programa “La silla roja” de El Financiero-Bloomberg.

Durante el encuentro, los periodistas Enrique Quintana, vicepresidente de este diario, María Scherer, Leonardo Kourchenko y Antonio Navalón, le preguntaron a López Obrador sobre las críticas que ha hecho a la prensa.

El presidente respondió que goza con la polémica, pero garantizó que en su gobierno siempre habrá libertad de expresión.

“No soy autoritario, respeto el derecho a disentir, me siento muy bien con la polémica. Lo que pasa es que no dejo pasar ciertas cosas, porque tampoco puedo estar contestando todo. Me gusta responder y me genera un poco de gozo”.

Leonardo Kourchenko le preguntó si con el término “prensa fifí” también se refería a las publicaciones de esta casa editorial.

“No. No es así. Y no queremos que no haya crítica o que no tengamos adversarios, porque entonces estaríamos aspirando a una dictadura y nosotros lo que queremos construir es una auténtica democracia. Sí vemos que tenemos adversarios, que nosotros consideramos conservadores. Como lo establece el término. Los que quieren conservar. Mantener el statu quo. Es una corriente de pensamiento que ha existido siempre y que se manifiesta también en los medios, siempre ha habido una prensa conservadora”.

Insistió: “no quiero que se malinterprete, porque no va a haber censura, pero sí vamos a debatir, sí vamos a ejercer el derecho a la réplica, va a haber diálogo circular. No nada más de cuestionamiento”.

Enrique Quintana le planteó al Presidente que existe la percepción de que al mandatario no le gustan las críticas y que hay algunos que, incluso, lo consideran intolerante.

“Yo soy demócrata, no soy autoritario, respeto el derecho a disentir, me siento muy bien con la polémica. A veces, por ejemplo, me gusta decir que mis adversarios son conservadores con apariencia de liberales. ¿Por qué conservadores? Porque no quieren al final que haya cambios, y hay conservadores de derecha y conservadores de izquierda. Ahora sí que los extremos se tocan.

“Hay gente en la extrema izquierda que no está de acuerdo con nosotros porque, con todo respeto, quiere que se mantenga el mismo régimen, parece una contradicción. Pero mantener el mismo régimen de opresión, el no cambiar la realidad, hay mucha gente que vive de administrar la tragedia. Pueden ser muy buenos para el análisis de la realidad… pero no se proponen transformar la realidad. Esto se da en la derecha y en la izquierda”.

Señaló que “nuestro planteamiento, por el que hemos luchado todo el tiempo, es que todo esto lo tenemos que transformar. No regodearnos con la tragedia. Por ejemplo, ahora, ¿cuántos están apostando a que fracasemos? Se frotan la manos y dicen ‘ya vieron, son los mismos, ¿cuál cambio?’, pero se van a quedar con las ganas”.

Respecto al tema del aeropuerto afirmó que incluso al interior de su gabinete había posiciones encontradas.

“El caso del aeropuerto, nosotros teníamos cálculos de que no era lo mejor para el país por una serie de razones, como también había quienes pensaban que ese era el mejor proyecto, incluso al interior del gobierno nuestro, porque eso es importante, la diversidad, porque el mejor gabinete en la historia de México ha sido el del presidente Juárez y se confrontaban entre ellos. Entonces había esa adversidad, hombres que parecían jinetes que presentaban su renuncia y decían ‘no’, Yo permito eso al interior del equipo, muy contrario a lo que piensan que nadie se atreve a discutir conmigo. Discutimos. Hay veces que me convencen cuando hay argumentos, pero me tienen que convencer”.

Rechazó que sea un presidente que confronta, y aclaró que “tenemos que buscar la conciliación. El debate no significa odio, yo no odio nadie. Yo soy feliz, por eso yo no tengo fobias”.

Leonardo Kourchenko también le apuntó que durante sus conferencias matutinas a veces parece que da cátedra y clases.

López Obrador le respondió: “imagínate una exposición ante la crítica, cuántos críticos tengo, muchísimos. Me llegué a convertir en una industria bastante importante. El cuestionarme significaba mantener a comunicadores y a medios. Había articulistas que cobraban por criticar a Andrés Manuel, no la totalidad, no en exclusiva, pero sí estaba yo en la agenda. Todo esto ha cambiado, esto es distinto, ahora tiene más peso, es la investidura. Yo procuro cuidarme, pero me cuesta. Tengo a veces el corazón caliente y mantengo la cabeza fría. Me estoy autolimitando, estoy cambiando el lenguaje. Hay palabras que ya no uso desde que soy presidente”.

Por su parte, Antonio Navalón le preguntó a López Obrador si ve polarizado el país.

“Sí, hay polarización. Ha existido toda la vida, es hipócrita pensar que no. Es más transparente decir: tenemos posturas distintas y esto es valioso, por eso me gusta lo de conservadores, porque las dos corrientes han existido siempre, el conservadurismo y el neoliberalismo. Todo lo demás es accesorio”.

El jefe del Ejecutivo comentó que, incluso, una de las cosas que debemos reconocer es que los cambios se están llevando a cabo sin violencia política.

“La independencia fue violenta, la Reforma fue violenta, el movimiento revolucionario también. La violencia verbal no pasa de ahí. Hay debate, bastante reconciliación, yo lo noto en la calle. A lo mejor arriba, la llamada clase política o entre nosotros, puede haber confrontación, en el debate, en el análisis, pero la gente no. La gente es muy respetuosa, muy tolerante. Es un pueblo extraordinario y que quiere el cambio, quiere la transformación por el camino de la concordia, la unidad, la paz y la no violencia”.

Sobre quienes se resisten, insistió: “Tienen que aceptar que es otra realidad que ya no se puede seguir saqueando al país. Yo pienso que todos los seres humanos tenemos capacidad para rectificar, yo creo en eso, creo que una persona se comporta de una manera durante un tiempo y puede cambiar.

“Estoy llamando, y eso es lo más importante, a que no actuemos de manera coercitiva, que no sólo sea por la aplicación de la ley, sino que sea el convencimiento, el persuadir; hace falta que entre todos logremos la transformación, el cambio”, apuntó en el mismo sentido.

Enrique Quintana también le preguntó sobre la construcción del presupuesto y si se siente optimista por la situación económica del país. “Estoy optimista. Tú (Enrique Quintana) eres especialista y sabes que hay equilibrios, no ha habido problemas en la Bolsa, a pesar de que ha tenido caídas considerables y alteraciones en el extranjero; la Bolsa mexicana ha resistido. El Peso, bien. No quiero echar las campanas al vuelo, pero hemos logrado fortalecer el Peso y no se ha depreciado nuestra moneda. En el mundo en los últimos meses es de las monedas más fuertes”.

Abundó que México está considerado como uno de los países con más seguridad para la inversión. “Hay confianza, vamos bien”, afirmó.

En el caso del Presupuesto, el mandatario de México dijo que fue bien visto que fue un presupuesto equilibrado.

“Cumplimos con los compromisos de no dejar de pagar el servicio de la deuda, destinar recursos para pago de pensiones, jubilaciones. Se incrementó el monto de las participaciones federales a los estados en ocho por ciento en términos reales, lo que quiere decir que van a recibir más recursos los estados y los municipios. Vamos a tener cerca de 700 mil millones de pesos para inversión y aseguramos todos los programas sociales, los compromisos que hicimos fue sin déficit, sin deuda, sin impuestos y sin gasolinazos. Va bien y el objetivo es que haya crecimiento económico; pensamos que lo vamos a lograr, que tenemos proyectos importantes. Vamos a desarrollar el sur-sureste, el Tren Maya”.

Sobre la relación México-Estados Unidos el presidente aseguró que se buscará una cooperación de amistad. 
A López Obrador los periodistas le cuestionaron su decisión de tener una Guardia Nacional para realizar tareas de seguridad pública.

Él les explicó que “necesitamos la Guardia Nacional para enfrentar el problema de la inseguridad y la violencia, y el giro que estamos dando es que vamos a tener una Guardia que dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional, como actualmente existe la Policía Militar, pero incluiría a la Policía Naval y a la Policía Federal, pero que se respeten los derechos humanos y los protocolos de uso de fuerza”.

Entonces los comunicadores le preguntaron sobre la posibilidad de tener un mando civil.

López Obrador aseguró que para garantizar disciplina y control, era necesario un mando militar.

“Para el propósito de tener esta Guardia, funcionando profesionalmente, considero que nos va a ayudar mucho que esté adscrita a la Sedena, que no se olvide que el Presidente es el comandante supremo, yo nunca voy a dar la orden de que se reprima al pueblo. Las masacres llevadas a cabo por la Marina y el Ejército se presentaron a partir de que había la orden de la autoridad civil. Vamos a investigar todo y no vamos a tapar nada”.

Durante la charla, el presidente aclaró que no había una mejor manera para enfrentar el robo de combustibles que cerrando los ductos.

Ahí, López Obrador contó a los periodistas que se tomó la decisión de cerrarlos porque cada día se veía el robo de combustible, y al no hacer nada se sentía como “cómplice”.

María Scherer le cuestionó si había sido la mejor estrategia.

“No había otra manera. Fue la mejor forma y había que hacerlo. Nuestros adversarios cuestionan eso, que a lo mejor nos apresuramos. No. Había que actuar porque había que dejar de manifiesto que no se puede tolerar el robo. Punto. Había que mandar este mensaje claro. Además se hizo un plan para movilizar cerca de cuatro mil elementos del Ejército, para tomar las instalaciones, refinerías, centros de distribución de gasolinas, de diesel. Un plan para el control del monitoreo porque –es increíble– existe todavía, nada más que ya no manejado por los mismos, todo un piso en la torre de Pemex para monitorear los ductos, el tercer piso, ahí estaban viendo todo”.

López Obrador explicó que “ahí se puede ver cómo se empaca un ducto –así se le llama cuando se llena de combustible–, la presión y luego cómo disminuye y hay también normas establecidas para el manejo de ese centro de control. Por ejemplo, cuando baja la presión y se advierte que hay fugas, que están ordeñando el ducto, el que está en el mando tiene que cerrar el ducto, entonces no se cerraba, se dejaba abierto para facilitar el robo”.

Por eso, agregó, “cuando vemos todo esto, se acabó, cambió, ya no pueden ellos estar manejándolo y echamos a andar el operativo”.

El jefe del Ejecutivo confió en que esta estrategia va a tener éxito y le pidió a la población no tener pánico. Dijo que se puede resistir.

“Podemos resistir porque tenemos la gasolina y podemos ir resolviendo con el apoyo de los ciudadanos, con el apoyo de todos. La estrategia no va a fallar, no van a tener problema y lo vamos a resolver, que no haya pánico, actuemos con racionalidad”.

Antonio Navalón terminó la charla pidiéndole a López Obrador que “no salga el tigre”.

Él le respondió: “sí, es muy importante, que la gente tenga fe, esperanza, que podemos lograr los cambios sin violencia, por la vía pacífica, por el camino de la concordia”.

EL FINANCIERO

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