Efectos de un cambio de visión de la Fed

Lo hemos venido comentando. Desde diciembre pasado, cuando la Fed modificó su lenguaje hacia una postura más conservadora y precautoria, vimos cambios en las condiciones de inversión en los manejadores de portafolios hacia un mayor nivel de riesgo en la inversión de activos.

Las bolsas americanas reaccionaron de inmediato y han llegado a generar rendimientos en este 2019 entre 11 y 18%, hasta el momento. Se demandó la curva de bonos del Tesoro mostrando un aplanamiento desde el plazo a seis meses y hasta cinco años alrededor de 2.4%, y ahora se acelera con demanda el plazo a 10 años que prueba niveles de 2.50%.

El dólar ha tenido un movimiento moderado de baja frente a la canasta de divisas, aunque ayer registró una rápida recuperación. La indefinición del Brexit y el juego entre bancos centrales (Fed y BCE) han venido afectando el movimiento, aunque no ha modificado la tendencia de alza de mediano plazo hasta ahora.

Para nuestro país, todo esto ha venido a representar cierto respiro para el Banxico al poder ponerle ya un techo a la presión de alza en las tasas de interés. No obstante, este alto spread de tasas de interés ha permitido mantener la estabilidad macroeconómica con un dólar que acumula una apreciación de 3.9% en lo que va de 2019, y desde su máximo en diciembre pasado, ha recuperado 7.5%.

Esta apreciación se está dando bajo un escenario de un “beneficio financiero y de rendimiento en los portafolios” y no corresponde a una señal positiva hacia la economía mexicana.

El Gobierno federal ha tenido la suerte de que la desaceleración de la economía mundial, su efecto hacia la economía americana y el cambio de visión de la Fed están dando estabilidad al dólar y a las tasas de interés, ya que por el lado de la confianza del inversionista de largo plazo, seguimos viendo una incertidumbre y, hasta ahora, una falta de confianza ante las políticas económicas y sociales que viene desarrollando el Gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

México necesita acciones que den claridad y rumbo a la economía en la que debe ser muy responsable en la disciplina fiscal y ante una baja expectativa de crecimiento económico para este 2019 y 2020; requiere de un liderazgo claro de la Secretaría de Hacienda como voz cantante.

En su momento, reconocer que México no crecerá lo esperado al menos en su presupuesto estimado 2019 en 2.0% anual, necesita reducir el gasto público y las inversiones deben ser contundentes y productivas. De lo contrario, el superávit primario estimado no alcanzará el objetivo esperado de 0.8% y la deuda pública pudiera incrementarse.

A partir de finales de abril, estaremos conociendo el crecimiento económico del primer trimestre del año. Creemos que será muy bajo y generará aún una mayor preocupación. Un cambio en las variables de estabilidad macroeconómica pudiera generar que el Banxico no pueda bajar las tasas de interés como se necesitarían para estos siguientes meses, porque los flujos de inversión de extranjeros empezarían a tomar utilidades.

Cortesía de 24 HORAS

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.