Volatilidad y autoeficacia financiera

“La fragilidad es la calidad de las cosas que son vulnerables a la volatilidad”.

Nassim Nicholas Taleb, investigador y financiero libanés/estadounidense.

Recientemente, algunos indicadores de volatilidad han venido generando mayor incertidumbre sobre el comportamiento futuro de las variables financieras y económicas, teniendo ello un impacto relevante sobre las expectativas de crecimiento económico

Por ejemplo, el tipo de cambio ha sufrido volatilidad importante, que generalmente se refleja en la amplitud entre el precio de compra y de venta de esa divisa. De igual manera, otros indicadores como a las tasas de interés han presentado variaciones significativas y comportamientos tales que para muchos permiten pronosticar condiciones de desaceleración económica futura.

La semana pasada, se presentó un fenómeno conocido como “inversión de la curva de rendimiento” consistente en que, para los bonos del tesoro de Estados Unidos, el bono de corto plazo presentó rendimientos superiores a los del bono de 10 años. La importancia de este evento es que la ultima ocasión en que se había presentado fue el momento previo al periodo de la crisis financiera de 2008.

La volatilidad financiera provoca efectos que impiden una adecuada planeación financiera futura, generando en muchos casos un impulso a tomar decisiones de corto plazo que prevengan condiciones inciertas hacia delante. En otras ocasiones, provoca cambios repentinos en los enfoques y las decisiones financieras, lo que en muchos casos provoca un deterioro sobre las inversiones

Uno de los factores conductuales que inciden en la forma en la que las personas, incluso los inversionistas con mayor experiencia, enfrentan y toman decisiones en momentos de volatilidad financiera, es el concepto conocido como de “auto eficacia financiera”. En el artículo 2Market Volatility and Financial Satisfaction: The Role of Financial Self-Efficacy”, de Asebedo y Payne, se define este concepto como el juicio subjetivo que tienen las personas sobre su propia habilidad para controlar, manejar o influenciar aspectos de su vida financiera.

De acuerdo con estudios de conducta, las personas que tienen mayores niveles de sentido de auto eficacia, en términos generales, tienen establecerse metas más elevadas, a perseverar en sus objetivos pese a la adversidad y son menos susceptibles de enfrentar consecuencias psicológicas negativas derivadas de la adversidad.

El estudio señalado encontró que las personas que tienen un bajo nivel de sentido de auto eficacia financiera tienden a presentar mayores efectos negativos en periodos de volatilidad y un menor nivel de satisfacción financiera derivado de sus decisiones en entornos complejos.

Para personas con bajos niveles de este factor, los entornos de volatilidad propician mayores niveles de preocupación, que se traduce en típicamente en toma de decisiones poco fundamentadas y apresuradas.

La mayoría de los análisis económicos muestran que la perspectiva de una desaceleración en la economía norteamericana no es una cuestión de si se presentará sino de cuándo.

Para algunos analistas; tan pronto como en la segunda mitad de este año; ante la desaceleración económica, la Reserva Federal deberá tomar medidas como la reducción de las tasas de interés, que han venido creciendo sistemáticamente durante los últimos años.

Ante una desaceleración de la economía norteamericana; dada la enorme vinculación de la economía mexicana y en particular el hecho de que el sector más dinámico de la economía nacional está relacionado con las exportaciones hacia Estados Unidos; se presentará un factor de freno al crecimiento de México. Aun en años recientes de expansión de la economía en EUA, la economía mexicana ha crecido de manera sumamente moderada a tasas cercanas al 2%. Hoy, la mayoría de los pronósticos apunta a que en crecimiento en México que será en este año cercano al 1.5%.

Las perspectivas de crecimiento futuro en nuestro país dependerán tanto del crecimiento de la economía norteamericana, como de las medidas que al interior del país se tomen para que se den las inversiones necesarias para fortalecer el crecimiento de la actividad económica. El crecimiento que en el corto plazo pueda provenir de inyecciones de gasto gubernamental, a menos que estén orientadas hacia sectores que dinamicen la economía como en temas de infraestructura productiva, no sólo no contribuirán a una aceleración del crecimiento económico, sino que potencialmente podrían provocar inflación y deterioro de la capacidad de compra de las familias.

En entornos volátiles, es fundamental entender que existen temas de entorno no controlables. Lo que sí podemos controlar es la calidad de las decisiones que tomamos, cuyas repercusiones podrán tener un efecto negativo o favorable para el futuro bienestar económico de nuestras familias.

El autor es politólogo, mercadólogo, financiero, especialista en economía conductual y profesor de la Facultad de Economía de la UNAM. CEO de Fibra Educa y Presidente del Consejo para el Fomento del Ahorro Educativo de

Mexicana de Becas. [email protected] – síguelo en Twitter @martinezsolares

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