Pocos resultados reales del G7 y de Jackson Hole

El G7 está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, que juntos representan 40% del PIB mundial. Presentan temas en común, como una rápida desaceleración económica, conflictos comerciales, temas geopolíticos y la necesidad de crear una política económica que evite una recesión mundial junto con sus bancos centrales y su política monetaria.

Alemania, por un lado, acercándose a un cambio de liderazgo y con un alto riesgo de entrar a una recesión económica; Estados Unidos, en desaceleración, con un fuerte conflicto comercial y político con China y, además, ya inició su proceso electoral 2020; Italia, en un proceso probable que lleve a elecciones anticipadas y un alto déficit presupuestal; Reino Unido, con el Brexit a la vuelta de la esquina y la negación de Alemania y Francia a una nueva negociación, mientras que Japón tiene su conflicto comercial con Corea del Sur, pero ambos están batallando con Corea del Norte, enfrenta también un bajo crecimiento e inflación. Francia queriendo tomar el liderazgo europeo y enfrenta con Estados Unidos el riesgo del impuesto digital, donde en julio pasado impuso un impuesto de 3% a 30 empresas tecnológicas incluidas Facebook, Amazon, Google, y Trump amenazó con responder con otros productos como el vino.

El resultado de esta reunión está por conocerse, pero serán las buenas intenciones y el poco compromiso real para tomar medidas conjuntas y enfrentar este proceso actual de bajo crecimiento mundial, cuando existen intereses diferentes.

Respecto a Jackson Hole, poca novedad. La esperanza del mundo es que los bancos centrales más importantes eviten una recesión económica mundial. En ese sentido, la Fed, a través de su presidente Jerome Powell, considera que la baja en la tasa de interés reciente respondía a un ajuste de medio ciclo y NO a un ciclo de recortes. Sin embargo, las acciones continuas de presiones y amenazas con China han generado un aumento en la tensión comercial que terminará por reducir de manera significativa su intercambio comercial, pero ya con efectos negativos en muchos países y regiones del mundo al registrar una fuerte contracción del sector manufacturero. Por ello, es muy probable que la Fed baje otros 25 puntos base su tasa de referencia en septiembre próximo a 2.0% anual.

Días antes, el Banco Central Europeo (BCE) flexibilizó requerimientos de coberturas a los bancos sobre créditos incobrables. Dio tres años a créditos que no tuvieran alguna garantía, nueve años a créditos que tuvieran una garantía de bienes raíces y siete años para créditos con cualquier otra garantía.

Es quizá el inicio de un uso de herramientas que utilizará el BCE para apoyar a las economías europeas. Para su próxima reunión en septiembre, es probable ver algunos de estos puntos: bajar las tasas de interés, retomar el QE de manera importante, quizá nuevos apoyos al sector bancario y el programa de financiamiento al consumo, entre otras cosas.

Así, la política monetaria estará activa sin duda, pero enfrenta el problema de una política económica que tiene otros intereses, en medio de este proceso electoral que ya empezó a vivir los Estados Unidos, el principal actor en la escena.

Desempeño de la economía mundial

Desde el cierre del tercer trimestre de 2018, la economía mundial enfrenta una rápida desaceleración y los riesgos de alcanzar una recesión son cada vez más cercanos.

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