El yate solar

Es rápido, silencioso y cubierto por paneles solares, el yate SolarImpact tiene 24 metros y podría navegar por los océanos por un tiempo indefinido a una velocidad moderada, gracias a su energía fotovoltaica y al innovador diseño de su casco.

El yate oceánico SolarImpact, propulsado por motores eléctricos alimentados por corriente generada a partir de la luz solar, cuenta con una autonomía y una tecnología innovadora que lo convierten en un proyecto pionero en su tipo.

La gran instalación solar del yate, 300 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos que cubren la mayoría de sus superficies exteriores orientadas hacia arriba, pueden servir como única fuente de energía si la solar es abundante, permitiendo que funcionen todos sus sistemas de a bordo y que navegue por tiempo indefinido, según la revista técnica ‘New Atlas’.

Las plantas de energía fotovoltaicas montadas en un techo se utilizan en vehículos, e incluso en aviones solares eléctricos, y en 2010 debutó el primer barco con energía solar para viajar alrededor del mundo, que sirvió de ejemplo para desarrollar este yate que está listo para la producción en serie, señalan sus creadores (www.solarimpact-yacht.com).

NAVEGANDO 24 HORAS, SIETE DÍAS A LA SEMANA.

Añaden que este coloso con casco de aluminio, 80 toneladas de desplazamiento y capaz de alcanzar una velocidad máxima de 22 nudos (unos 40,7 kilómetros por hora o km/h), podría navegar de modo autosuficiente “las 24 horas del día, siete días a la semana” a una velocidad máxima de 5 nudos (9,2 km/H).

Esta embarcación de lujo de tres niveles, 23,95 metros (m) de largo y 10, 90 m de ancho máximo, con cuatro camarotes dobles y un camarote principal o ‘master’ para los pasajeros y un camarote para la tripulación, alcanza los 1.000 kilovatios (kW) de potencia eléctrica, unos 1.341 caballos de fuerza (hp), (https://www.solarimpact-yacht.com/tours/SIYVR) .

El yate lleva dos motores eléctricos de imanes permanentes sin escobillas y refrigerados por líquido, que hacen que las maniobras a bajas velocidades sean más fáciles y precisas, y mejoran el desempeño dinámico a altas velocidades, pudiendo ser operados hacia adelante y hacia atrás y cambiar rápidamente de dirección, controlados mediante un joystick, según la firma que lo ha fabricado.

También cuenta con una planta motriz diésel, para garantizar que el yate opere bajo condiciones de iluminación solar desfavorables, como los lapsos prolongados de cielo nublado.

El SolarImpact tiene una batería recargable que almacena suficiente energía solar para navegar diez horas a velocidad de crucero (8 nudos o 14,8 km/h) y que puede descargarse al 100 por ciento sin sufrir daños, entregando toda su energía para que la consuma el yate, según sus diseñadores.

El yate solar también es excepcionalmente rápido debido a que su casco está diseñado con la tecnología constructiva SWATH (siglas en inglés de “small waterplane area twin hull” o casco gemelo pequeño con área de hidroavión), según sus creadores, con sedes en Zürich (Suiza) y Dresde (Alemania).

CASCO CON TECNOLOGÍA A PRUEBA DE OLEAJE .

“Pasamos cinco años investigando para desarrollar esta nave sostenible para el medioambiente, con tecnología disruptiva, capaz de navegar casi en silencio en alta mar, en aguas agitadas, sin balanceo, incluso sobre olas de varios metros de altura”, señala a Efe Jörg Schaaf, gerente de ventas de SolarImpact.

En este yate se ha optimizado el diseño SWATH, una forma especial de construcción del casco desarrollada hace 80 años, que hasta ahora solo se había utilizado en combinación con los sistemas de propulsión náutica convencionales en algunos barcos especiales, según Schaaf.

“Su casco consta de dos cuerpos de flotación en forma de torpedo situados bajo la superficie del agua, que sostienen el barco, produciendo un desacoplamiento físico de las olas, lo que reduce el balanceo y la inclinación del yate hasta en un 90 por ciento”, según este ejecutivo.

Esta forma de casco, similar a la de los sistemas semisumergibles utilizados en las plataformas petroleras, minimiza los movimientos verticales en el mar, ya que sus dos cuerpos flotantes están a cierta profundidad, donde el movimiento de las olas es menos fuerte que en la superficie y, por lo tanto, están menos expuestos a sus vaivenes, indica el experto.

Los componentes técnicos de la nave son controlados mediante programas de inteligencia artificial y sus sistemas clave están altamente automatizados y son redundantes (están repetidos para mantenerlos a salvo de fallos críticos), de modo que una sola persona puede maniobrarla, según sus diseñadores.

Con información de REVISTA Q

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