El T-MEC no es suficiente

Con el T-MEC nuestro país tiene la invaluable oportunidad de seguir perteneciendo al área comercial más grande del mundo, ello promete una vida mejor para todos los mexicanos si podemos trasladar los beneficios del libre comercio a toda la población y a todos los rincones del país. En el futuro inmediato, el mundo se va a enfrentar al reto de una nueva conformación social, política y económica. Muchos de los paradigmas que hasta ahora dábamos como válidos no lo serán más y el destino de bienestar de muchos seres humanos es incierto. No obstante, asegurar pertenecer a un área comercial poderosa con enorme potencial y futuro nos garantiza un mínimo de seguridad económica hacia adelante. Estos últimos meses hemos presenciado y resentido la guerra comercial en EU y China, que es el inicio de la guerra por la supremacía tecnológica del siglo XXI; igualmente hemos visto cómo nuestro vecino del norte ha decidido cambiar su presencia e influencia del mundo llegando al extremo de buscar su salida de Siria, por ejemplo. En efecto, el mundo ha comenzado a cambiar de una manera importante. Para México, fomentar el comercio libre con el mundo y, especialmente, hacia la potente zona de Norteamérica le asegura un lugar relevante al no enfrentar los desafíos del futuro solo, sino con socios comerciales confiables que necesitan de nosotros tanto como nosotros de ellos.

No obstante, sería un error estratégico con implicaciones devastadoras para la estructura socioeconómica de México sólo apostar nuestro futuro en la integración comercial con Norteamérica. Ello, como ya comentamos, garantiza un piso y un seguro para enfrentar los riesgos que se avecinan, pero no lo es todo. El país necesita preservar una robusta clase media que permita seguir generando empleos, impulsar el consumo y distribuir mejor la riqueza. La llamada clase media en donde se encuentran millones de profesionistas: abogados, arquitectos, enfermeras, dentistas, médicos, maestros y, desde luego, millones de pequeñas y medianas empresas conocidas como pymes, sostienen al país a través de la generación de millones de empleos y aportan vía impuestos la mayor parte de los ingresos del gobierno. Para este segmento de la población deben construirse todos los medios para su permanencia y crecimiento. Entre más pymes y clase media exista, más viabilidad tendrá el país y ello significará que cada vez más personas en condiciones de vulnerabilidad y pobreza han encontrado mejores condiciones de vida.

Es cierto, el T-MEC es algo trascendente para el futuro de México, pero no debemos olvidar al mercado interno, ése que debe estar compuesto por importantes cantidades de crédito bancario, en condiciones accesibles, y por un gasto de gobierno orientado a una mayor inversión en infraestructura, con empresas privadas creciendo y creando nuevos empleos, por carreteras y vías de comunicación abundantes para asegurar el libre comercio interno. La clase media y la pyme constituyen el mejor lugar a donde los mexicanos en estado de pobreza pueden llegar para alcanzar sus primeros pasos hacia un auténtico bienestar y garantizarse un futuro mejor. En este sentido, es el Estado el que debe garantizar, por el bien de su propia existencia, que tanto su clase media como sus pymes tengan las bases económicas de estabilidad, estén protegidas con un auténtico Estado de Derecho y obtengan de su gobierno la seguridad mínima a su integridad personal y sus bienes.

En este fascinante proceso de cambio que vive el país, con el cambio de régimen que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador es indispensable que se busque a toda costa proteger la clase media y las pymes, porque ello representa la mejor política social que pueda existir y ello también significa la mejor manera de ayudar a los ciudadanos mexicanos que se encuentran en situación de pobreza y marginación. Es cierto que el T-MEC nos da herramientas para enfrentar los desafíos del siglo XXI, pero es igualmente importante que internamente hagamos nuestra tarea para con los más necesitados, pero igualmente para con las clases medias y pymes, ésos que por millones a través del ejercicio de sus profesiones y oficios aportan la mayor parte de los empleos e ingresos al Estado mexicano.

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