Mazda MX-5

El Mazda MX-5 es un viejo conocido de Autocosmos, y uno de nuestros favoritos, lo he dicho siempre y lo volveré a repetir, no hay auto más divertido y agradable de manejar dentro de los límites de velocidad legales, con el factor adicional que se ve mucho más exótico y costoso de lo que en realidad es.

Sin embargo, aunque lo he manejado bajo casi cualquier circunstancia; ciudad, carretera y pista, Mazda se las arregló para que esta vez, la experiencia fuera completamente nueva. ¿Cómo lo hizo?

Muy fácil, nos dejó manejar el MX-5 en Japón (allá se llama Roadster, así nada más, no es MX-5 ni Miata), en autos con el volante a la derecha, en la Hakone Skyline, una espectacular carretera de montaña, llena de curvas y vistas que roban el aliento, tanto así, que está catalogada como uno de los mejores caminos para manejar en todo el país del sol naciente.  

No es la primera ocasión que tengo la oportunidad de conducir un auto con volante a la derecha en carreteras públicas. Ya había podido hacerlo en el Honda S660 y con el Nissan GT-R, sin embargo; eran automáticos, y créeme cuando te digo que, la adición del tercer pedal demanda un nivel de concentración mucho mayor.

Al inicio íbamos en caravana, siguiendo a un MX-5 RF 30 Aniversario con caja manual, que por cierto es un increíble fruto prohibido. Cuando llevas coches al frente y atrás, notas por principio de cuentas que, sin querer, tenemos una tendencia natural a cargarnos del lado izquierdo del carril, cuando tendrías que hacerlo al revés, y que acciones tan simples como tomar el lado correcto al dar una vuelta o en una “Y” son mucho más confusas de lo que deberían.

Si a lo anterior le sumamos que hay que cambiar con la mano izquierda, y que la primera velocidad te queda lo más lejos, mientras que quinta y sexta las engranas pegadas a ti, o que comúnmente confundes direccionales con los limpiadores, la cosa se pone divertida.

Por si fuera poco, la Hakone Skyline es una de las carreteras favoritas de apasionados del manejo tanto de autos como de motos en Japón, una curva enlaza a la siguiente, muchas veces son ciegas y no hay policías, por lo que hay que ir a buenos ritmos para disfrutarla lo más posible y vaya que vale la pena.

Por su parte, el Mazda MX-5 japonés mantiene esa suspensión con buena puesta a punto, lo suficientemente suave para disfrutar muchas horas tras el volante, pero al mismo tiempo lo necesariamente rígida para entregar un manejo deportivo. La dirección, es igual de rápida y comunicativa, mientras que los frenos son potentes y demandan una pisada ligeramente más firme de lo normal, por supuesto, ese nerviosismo que le permite ser tan ágil y divertido también está presente.

Sin embargo; bajo el cofre sí hay diferencias con respecto del MX-5 que se vende de este lado del Pacífico. Para el mercado nipón, el Mazda Roadster se comercializa con un motor Skyactiv de 1.5 litros que entrega 130 hp y 112 lb-pie de torque que sube de vueltas fácilmente y mantiene muy consistente la entrega de par en toda la banda de revoluciones, de hecho, este el motor que se planeó originalmente para el modelo, solamente que Mazda Norteamérica categóricamente exigió un bloque más grande y potente, que fue el mismo 2.0 que incorporaba el Mazda3.

Aunque por tiempos de llegada al mercado, el motor ya no recibió las modificaciones que le permiten revolucionar y entregar mejor el par que sí tuvo el 1.5 desde el inicio, esas adecuaciones, por cierto, acaban de llegar al 2.0 litros ahora con el facelift, y justo son las que permitieron incrementar la potencia hasta 181 hp.

Creí que con 130 caballos y 112 lb-pie, cifras más cercanas a las de un subcompacto mainstream, el Mazda Roadster sería un auto con poca capacidad de respuesta y lento para desarrollar buenas velocidades, pero la verdad es que no es así, la potencia es suficiente y mantiene el nivel de diversión al que nos tiene acostumbrados. Aunque el clima no ayudó mucho, puesto que estaba muy nublado, hacía frío y viento, había con el toldo abajo, bendita calefacción a máxima potencia que me permitió disfrutar a cielo abierto de una de las mejores carreteras en las que he manejado.

En algún momento, luego de ir y venir un par de veces sobre la misma carretera, me detuve en un mirador, desde donde se ve una bahía y a la derecha, si tienes suerte, el Monte Fuji, que tristemente estaba completamente bloqueado por unos inmensos bancos de nubes.

Casi al final, cayó la lluvia y fue necesario terminar la ruta con el toldo cerrado. En el punto de reunión, todos los colegas tenían una inmensa sonrisa indeleble en la cara. Acabábamos de manejar el Mazda MX-5 en los caminos para los que fue concebido, y la experiencia fue única e inmejorable. Una vez más, entiendo el por qué es el roadster más vendido de la historia y uno de los mejores deportivos del mercado.

Para terminar un día lleno de adrenalina y diversión, nada como una buena sumergida en las aguas termales que hacen tan famosa a la región de Hakone.

Ah, por cierto, si te preguntas por qué hay lugares en donde los autos tienen el volante a la derecha, esta es la explicación que a me dieron en alguna visita a un museo en Alemania, y la verdad, me suena bastante lógica.

Originalmente, cuando la gente viajaba en carruajes, los choferes se sentaban del lado derecho para ir vigilando la distancia de las llantas con la orilla del camino, hay que recordar que en aquellos tiempos no había calles perfectamente asfaltadas, si acaso eran empedradas y tenían un abultamiento al centro, así como un canal a los costados, para que el agua, lodo y desechos de los caballos resbalaran hacia los lados. Entonces era necesario evitar que las llantas del carruaje cayeran en esos canales llenos de todo tipo de suciedad.

Conforme los autos empezaron a popularizarse, se hicieron más sofisticados y veloces, por lo que se dieron cuenta que era más necesario desde el punto de vista de la seguridad, cuidar la distancia con respecto a otros autos que venían circulando en sentido contrario, que la distancia con la orilla del camino. Y es así como empezaron a cambiar la posición del conductor hacia la izquierda.

En países como Inglaterra, se les hizo más fácil hacer que los autos circularan por la izquierda manteniendo al conductor a la derecha, para que éstos pudieran cuidar su distancia con respecto de los autos que circulaban en sentido contrario, pero sin tener que modificar la tradición de colocar el mando del lado derecho. Y tú, ¿ya lo sabías?

Con información de AUTO COSMOS

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