Demócratas vs. republicanos: Sócrates contra los sofistas

A propósito del juicio político a Donald Trump, recordé algunos pasajes de los Diálogos de Platón, en los que Sócrates enfrenta con maestría los embates de Gorgias o de Protágoras, en un duelo entre filósofos y sofistas.

Para los primeros, el compromiso con la verdad es irrenunciable: la narrativa que se ofrece sobre los hechos debe ser acorde con la verdad; además, ha de distinguirse entre opiniones —buenas, malas, provisionales, irrelevantes— y las afirmaciones que, con contundencia, sostienen un argumento, racional y razonablemente. Para Sócrates, la vía de preguntas y respuestas debe buscar, en todo momento, el esclarecimiento de la verdad.

Para los sofistas, como Gorgias o Protágoras, el poder de la persuasión y la palabra han de imponerse sobre la verdad. De este modo, los hechos se subordinarían a la narrativa que busca crear una impresión específica, distinta a lo que marca la realidad.

De esta forma, Gorgias señaló que: El poder de la palabra con relación a los asuntos del alma está en la misma relación del poder de los medicamentos en relación con a los asuntos del cuerpo. Protágoras, por su parte, sostuvo que el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son, en tanto que no son. La verdad, de este modo, depende de la mirada personal y de la narrativa que se quiera hacer sobre ella. En una frase, para los sofistas, la retórica se impone sobre la verdad y los hechos. Mientras que, para Sócrates, la fórmula es inversa: la realidad es principio y garantía de la verdad.

Esta vieja discusión filosófica es la misma que miramos en el juicio de impeachment en contra de Donald Trump. Durante la primera fase de la investigación pública, los testigos han presentado declaraciones, hechos y pruebas de las faltas y los excesos en el ejercicio del poder que ha hecho el presidente.

A pesar de la contundencia de las pruebas, los republicanos han cerrado filas con su presidente —traicionando a la verdad, a la democracia, a la idea de la justicia— y esperan mitigar los daños con piruetas retóricas para falsear la verdad y conservar el poder.

La portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, señaló que: “Ese informe no muestra nada más que las frustraciones (de los demócratas). El informe (…) Se lee como las divagaciones de un bloguero de poca monta que intenta demostrar algo aunque está claro que no tiene”, añadió Grisham. Trump, el sofista mayor, insiste en que las pruebas son noticias falsas, fake news, y el impeachment es “una cacería de brujas”. Como se ve, muchas palabras torcidas pero ninguna prueba.

Es imposible no recordar las palabras del sofista al filósofo: Te respondo, Sócrates, que el arte de la retórica es la habilidad para persuadir en los tribunales de justicia y en otras asambleas, y sobre lo justo y lo injusto, sentenció Gorgias. Espero que, en esta ocasión, los sofistas pierdan con el cinismo de sus palabras.

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