Algunos temas que estarán presentes en la agenda mundial en el 2020

“Dicen que el tiempo cambia las cosas, pero en realidad tienes que cambiarlas tú mismo”.

Andy Warhol, artista plástico estadounidense.

El año pasado vimos temas de discusión que, aun habiendo estado presentes en años anteriores, explotaron en términos de su visibilidad o del volumen de discusión sobre los mismos; mientras que otros empezaron por primera vez a ponerse en el foco de discusión.

2020 presentará una condición similar y, aunque creemos que son temas abstractos o ajenos a nuestra realidad como país o personas, su discusión y el cómo se aborden tendrán impactos de relevancia para todos.

Un tema es el relacionado con los elevados niveles de desigualdad a nivel mundial y al interior de los países, así como sus efectos negativos presentes y futuros.

La discusión de este tema desafortunadamente presenta muchas más vertientes de diagnóstico que coincidencias en la visión de cómo empezar a resolverlo. El tema se politiza y se ideologiza, frecuente con posiciones extremas que por inoperantes son absurdas y que van desde la “abolición del modelo capitalista”, hasta las piensan que, si no se aborda el tema, éste deja de ser relevante.

A pesar de que como mundo y como país en las últimas décadas se ha logrado incrementar indicadores tradicionales de bienestar y se han disminuido los niveles de pobreza, ni la disminución es suficientemente rápida y profunda, ni atiende a nuevos factores que acentúan la dimensión del problema; como por ejemplo el incremento en la esperanza de vida que hace que tengamos una mayor proporción de población pauperizada como adultos mayores.

Las propuestas de solución se sobre simplifican, como si la inequidad se acabara por decreto. Las soluciones son complejas pues requieren mantener incentivos de inversión y de generación de empleos (evidentemente mejor remunerados), pero no logran aterrizar propuestas específicas que los gobiernos estén dispuestos a impulsar, porque prefieren propuestas inoperantes pero que les generen capital político en el corto plazo.

Un segundo tema es el tema de la inequidad de género. En 2019 vimos un aceleramiento notable (y absolutamente necesario) de las expresiones de inconformidad sobre los temas que afectan no sólo la equidad de género, sino que involucran las condiciones que sufren las mujeres en México y en el mundo, en temas que pasan desde la igualdad salarial, hasta la violencia y inseguridad.

Ante un conjunto de condiciones que no se resuelven y problemas que se agravan, el único escenario posible es que las expresiones de protesta aumenten y se hagan más frecuentes las visiones radicales sobre el tema.

Y ello no debe ser visto como algo negativo (lo negativo es el problema al que responden). Ningún cambio trascendental en relación con temas de igualdad y equidad en la historia de la humanidad se ha dado sin involucrar una dosis de radicalización. Quienes hoy acusan de radicales o peor aún, de feminazis (concepto incorrecto por no decir imbécil), a integrantes de grupos que de manera extrema señalan la inequidad hacia las mujeres, seguramente serían los mismos que en el pasado habrían acusado a Malcom X de violento y le hubieran dicho “esas no son formas”.

Los problemas de género, en lo económico abonan a las enormes distorsiones de la desigualdad general y representan un lastre al crecimiento económico de los países.

Otro tema es la discusión sobre los temas ambientales. La aceleración y la incuestionable evidencia de las afectaciones climáticas, que antes se pensaba sólo veríamos en el muy largo plazo, harán que la discusión sobre el crecimiento económico y una regulación con visión que contenga el deterioro ambiental y avance hacia el restablecimiento de equilibrios mínimos seguirá estando presente en y generando cambios incluso normativos y regulatorios que ya tendrán una incidencia puntual en aspectos fundamentales el económico y lo financiero.

En México este año empezará a aplicar la regulación que obligar a las empresas que cotizan en bolsa a demostrar de forma verificable los parámetros que cumplen en materia ambiental (además de los relacionados con el desarrollo social y gobierno corporativo adecuado).

Las empresas que pretendan tener una visibilidad y claridad de crecimiento para el futuro deberán indispensablemente atender estos temas, no ya como una parte cosmética de su propuesta; sino como un elemento central de su visión de crecimiento futuro.

Existe por supuesto múltiplos temas que estarán presente en la agenda de discusión. Los desajustes geopolíticos regionales a nivel mundial y la proliferación de los populismos nacionalistas, generarán grandes afectaciones y abonarán a una mayor incertidumbre política, pero también económica y financiera.

La adecuada comprensión de estas grandes tendencias y su discusión a nivel global nos ayudará a tener diagnósticos claro (siempre fundados en datos verificables) y a tener mejores elementos para definir alternativas viables y eficaces (apoyadas en la ciencia) que contribuyan a un mejor futuro para nuestras familias y sus descendientes.

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