Mercados mundiales atentos al desarrollo del coronavirus en China

Esta semana los mercados mundiales estuvieron atentos al desarrollo del coronavirus y los posibles efectos en los mercados y en la economía, donde se empiezan a revisar las estimaciones de crecimiento económico de China a la baja, informó hoy Intercam Banco.

Aunque se dieron a conocer datos de empleo y de actividad económica en Estados Unidos, éstos sugieren que el país aún está en una etapa de solidez; en México la inflación de enero pasado mostró un repunte, y los indicadores del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) señalan una ligera mejoría.

El impacto económico y financiero del brote de coronavirus en China es palpable luego que los mercados chinos abrieron por primera vez esta semana tras el Nuevo Año Lunar, y las fuertes pérdidas registradas obligaron al banco central chino a inyectar más de 242 mil millones de dólares (1.7 billones de yuanes) en el sistema financiero para respaldar la confianza de inversionistas.

La enérgica respuesta del banco central ayudó a detener el nerviosismo en mercados, pero en la economía el impacto negativo se incrementa; varias cadenas productivas han sufrido disrupciones en el sector manufacturero, especialmente la industria automotriz.

Empresas como Honda Motor Co. Ltd. y Nissan Motos Co. Ltd. han cerrado plantas en Wuhan, mientras que Hyundai anunció que detendrá la producción de vehículos en Corea del Sur por la escasez de autopartes provenientes de China.

Se estima que 20 por ciento de las cadenas globales de suministro del sector manufacturero dependen de la importación de bienes intermedios desde China por lo que encontrar alternativas de suministro en el corto plazo será complicado y el impacto negativo se hará más evidente en días próximos, especialmente en la región Asia-Pacífico (aunque no exclusivamente).

Fuera de Asia el impacto negativo también es visible. China ha solicitado a proveedores detener la entrega de pedidos de cobre y petróleo, con el shock en la demanda, lo que afecta principalmente los precios de materias primas y a los países que las exportan.

China pidió a mineros en Chile detener los envíos de cobre por cierres de puertos ante la emergencia de salud; se han recalendarizado las entregas y se ha retrasado la producción. Algunas empresas de refinación de petróleo en China también han buscado deshacerse de cargamentos provenientes del oeste de África.

La China National Offshore Corp. emitió un aviso a proveedores para informarles que no recibirá cargas de gas natural licuado previamente acordadas, aduciendo causas de fuerza mayor para salir de los contratos, y la demanda por petróleo de Latinoamérica se ha detenido.

Los mercados reaccionaron y los precios de alimentos, energía y metales industriales cayeron. Europa podría ver también un impacto indirecto importante con una caída de la demanda de China, lo que podría mantener deprimido al sector industrial europeo.

El gobierno chino comenzó a debatir la posibilidad de recortar sus estimados de crecimiento para 2020, que actualmente se encuentra en seis por ciento; economistas privados ya ajustaron sus expectativas y ahora colocan sus estimados entre 5.8 por ciento -5.5 por ciento para 2020.

Las autoridades chinas preparan una serie de medidas de estímulo económico para contrarrestar el impacto negativo que tendrá el virus de Wuhan en el crecimiento del país. China podría reducir las tasas de interés el 20 de febrero y reducir los requerimientos de reservas bancarias en las próximas semanas.

Además, el gobierno chino planea también incrementar el gasto, reducir impuestos y respaldar con subsidios a los sectores más afectados por el virus, como ventas minoristas, transporte, logística y turismo.

El más reciente registro oficial de casos muestra cifras que superan los 34 mil infectados y más de 800 muertes; las tasas de aceleración en la transmisión del virus se han moderado, pero el riesgo no ha desaparecido.

Se espera que la próxima semana la actividad en China vuelva a la normalidad, pero se teme que ello provoque un resurgimiento en la transmisión del virus. Por el contrario, si la actividad no vuelve a la normalidad, el impacto económico esperado será más profundo.

Noticias recientes sugieren que ya se elaboran tratamientos efectivos contra la enfermedad, aunque se espera que su proceso de desarrollo y pruebas tome entre 12 y 18 meses.

Por ello el riesgo más importante para el crecimiento global en el corto plazo es la emergencia sanitaria.

Los precios del petróleo han caído fuertemente en las últimas semanas junto al resto de las materias primas, un fenómeno que por sí mismo podría reducir los niveles de inflación a nivel global, algo que de extenderse por mucho tiempo podría poner presión sobre los bancos centrales.

Las manufacturas y el comercio global serán los más afectados económicamente, en un año en que el panorama parecía ser más positivo después de la firma del acuerdo comercial China-Estados Unidos.

Finalmente, el acuerdo “fase uno” contempla consultas entre ambos países, en caso de que “desastres naturales o eventos impredecibles” impidan alcanzar los objetivos de compras por parte de China.

Estados Unidos podría ser flexible con los objetivos durante los primeros meses del año, algo que reduce el riesgo de ver un rompimiento del acuerdo.

Con información de NOTIMEX

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