Días de estabilidad dentro de una tormenta que le falta tiempo

Al decir “estabilidad” no eliminamos lo que significa “volatilidad”. Más bien lo relacionamos a una tendencia, que en el mediano plazo es correctiva en las bolsas y petróleo, mientras que el oro y la curva de bonos del tesoro en EU han sido de alza y en algunos casos con rally´s de ganancia rápida.

Es importante que todo nuestro análisis y reflexión de la condición de los mercados se vea dentro de un ámbito de que aquellos períodos de ganancia importante de las bolsas americanas en su acumulado anual “desapareció en este 2020”. El Dow Jones registra una pérdida de 12.3% el S&P500 de 10.8% y el Nasdaq de 7.0%.

En la medida de que bancos centrales y gobiernos actúan a través de bajar tasas de interés, inyectar liquidez, programas de apoyo a familias y empresas afectadas, entra cierta calma, aunque aún no se sabe el impacto real sobre economías como Italia, España, Corea del Sur, Japón y otros países de Asia, además de Estados Unidos y en nuestro caso, México.

Hoy apenas estamos viendo datos económicos en China a febrero donde el coronavirus impactó primeramente. Caídas históricas en indicadores de manufactura y servicios, una balanza comercial en donde las exportaciones cayeron 17% y al final registró un déficit de 7,090 millones de dólares, la inflación al consumidor que se mantiene por arriba de 5.0% anual a pesar del enfriamiento que tienen de manera parcial, entre otros. Significa que la actividad económica se disminuyó entre 50 y 70% de los 30 a 40 días del trimestre, donde el coronavirus generó aislamientos y cierres de varias ciudades y empresas dentro del primer trimestre de 2020. Por ello, consideramos que el PIB de China al 1T´2020 podría estar debajo de 4.0% anual vs 6.0% previo. Este efecto al final, generó rompimientos en cadenas de suministro por la falta de exportaciones con dirección a países de Asia y a Estados Unidos.

Es por ello, que consideramos que será entre marzo y abril, cuando veamos qué tanto impacto tendrá el coronavirus dentro de la economía americana a través de indicadores de manufactura, servicios, empleo, consumo, entre otros. Quizá por la caída en los precios del petróleo, la inflación estará ajustando a la baja reduciendo presiones sobre la economía y la FED.

Para México, la depreciación cambiaria de nuestra moneda, alcanza 10.2% en lo que va del año. Por un lado, el riesgo de un ajuste en precios que impacte en una mayor inflación y por otro lado, la deuda del gobierno federal, tendría un impacto en el pago de intereses por servicio de deuda. Hay que destacar que la deuda del gobierno federal en moneda extranjera tiene un plazo de vencimiento de 19.1 años y representa el 20% de la deuda total del Gobierno, el 7.7% del PIB nacional.

El tema más importante sería para Pemex que estimando una caída en el ritmo de exportaciones del petróleo, podría tener una afectación por alrededor de 5 a 10 mil millones de dólares considerando la relación de exportación e importación petrolera, además del pago por servicio de deuda y su problema de liquidez.

Es temprano aún considerar para la economía de Estados Unidos y de México, el riesgo de enfriamiento, pero no olvidemos que en Estados Unidos, Donald Trump se juega su reelección y hará todo lo necesario por mantener el crecimiento de su economía y un empleo que brinde certeza a los ciudadanos de que las cosas van bien.

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