Beneficios y detrimentos de la construcción del Tren Maya

Continúa el debate sobre posibles impactos del desarrollo del tren en la región del sureste mexicano

Comunidades científicas, académicas y políticas continúan en el debate sobre posibles impactos del tren maya en la región sureste del territorio mexicano

A medida que avanzan las licitaciones y convenios para la construcción del mega proyecto del Tren Maya, las comunidades científicas, académicas, el sector político y la población en general continúan en el debate sobre los posibles impactos del desarrollo en el medio ambiente, las comunidades y la economía de la región sureste del territorio mexicano.

Los mayores beneficios que traerá la obra son el desarrollo económico, a través de generación de empleos y actividades así como mayor comunicación entre regiones. Los impactos negativos se relacionan con el deterioro del medio ambiente, con la pérdida de costumbres y valores culturales producido por el intercambio de actividades productivas.

Cesar Armando Salazar López, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) asegura que los grandes proyectos de infraestructura, en general, “siempre van a tener efectos positivos por los efectos de la derrama económica que existen“, tanto en el corto, mediano y largo plazo.

En el corto plazo, el beneficio se da por la generación de empleos en la construcción. A mediano y largo plazo, por el desarrollo de lugares comerciales de turismo y de descarga de mercancías, que generarían una segunda oleada de mano de obra que podría beneficiar a la gente, “más allá de los programas sociales que se puedan implementar en las regiones para combatir la pobreza y la desigualdad“, expresó el investigador.

La ONU-Habitat publicó el 16 de mayo de 2020 algunas cifras sobre el posible impacto del desarrollo del Tren Maya en las condiciones sociales, económicas y ambientales de la región sureste. La organización asegura que el proyecto generará casi un millón de empleos para el año 2030, de los cuales el 46% pertenecerá a personas de pueblos originarios. Las proyecciones calculan un crecimiento del doble en la economía de las comunidades por donde pasará el tren, sacando de la pobreza a 1.1 millones de personas. Por último, los números indican que los niveles de escolaridad ascenderán en una media de dos años en los territorios por donde se desarrolle el megaproyecto.

Por otro lado, Casandra Reyes García, doctora e investigadora del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), alertó sobre los posibles impactos negativos del Tren Maya en regiones naturales como la Reserva de la Biósfera de Calakmul. De acuerdo con la investigadora, Calakmul es una de las regiones donde más llueve en toda la península, “una disminución de la vegetación impactaría en la recarga de los mantos freáticos, pues es la única fuente de agua, ya que no hay ríos superficiales“.

Aún cuando el gobierno asegura que el 95% del tren pasará por vías ya existentes, Cassandra Reyes alerta sobre la posible deforestación causada por los llamados “polos de desarrollo”: son la forma como el gobierno denomina a los focos poblacionales que se establecerán en lo que hoy son comunidades rurales. Utiliza el ejemplo de la Riviera Maya, donde hay un incremento exponencial del deterioro ambiental en zonas donde históricamente se habían mantenido reservadas para la preservación de los ecosistemas.

La antropóloga Eliana Acosta Márquez advirtió sobre la posible desintegración de las comunidades y su relación ancestral con el territorio. Ante la implementación de un nuevo orden en el territorio, es necesario resaltar que este proyecto implica una deforestación de la selva, la venta de tierras, el cambio de uso de suelo y la especulación inmobiliaria. “Conlleva también la penetración de una lógica mercantil que cosifica el territorio, privatizando la tierra y la vida, violentando así las propias formas de valoración mayas“, expresó Eliana.

El cuidado de los ecosistemas dependerá de la eficiencia del gobierno mexicano y su efectiva colaboración con diferentes instancias que garanticen la preservación de las especies animales y vegetales. Para los pobladores del sureste mexicano, el Tren Maya significa una oportunidad para superar algunas condiciones de pobreza que padecen, aunque eso implique la pérdida o abandono de algunas prácticas culturales.

Con información de: NOTIPRESS

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