El IMEF aseveró que en el segundo trimestre del año el PIB de México podría caer entre -15 y -20 por ciento anual

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) aseveró que en el segundo trimestre del año, cuando se resentirá más las afectaciones económicas por la pandemia por COVID-19, el Producto Interno Bruto (PIB) de México podría caer entre -15 y -20 por ciento anual, cifra nunca antes vista en el país.

En videoconferencia de prensa, Gabriel Casillas, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, explicó que aunque el Instituto no hace previsiones mensuales, la mayoría de los economistas que participan en su encuesta de perspectivas apuntan a dicha caída en la actividad productiva de abril a junio, misma que estaría en línea con la estimación del desplome de -8.0 por ciento previsto al cierre de 2020.

Indicó que en mayo se seguirán perdiendo empleos casi en el mismo grado que en abril, cuando fue mayor a 555 mil plazas laborales, para cerrar el año en 812 mil 500 desempleados, una de las cifras más conservadoras entre los analistas, quienes apuntan la pérdida de capital humano de hasta 1.5 millones.

“Estas caídas implican una recuperación en la segunda mitad del año para poder tener el resultado de -8.0 por ciento. Todavía hay mucha incertidumbre de cuándo terminará la crisis, pero se espera que el próximo año se crezca 2.0 por ciento, cuando este año se prevén cifras negativas, por lo que pensamos que la reactivación va a tardar más que en recesiones anteriores, una recuperación más lenta que si fuera en forma de V”, puntualizó Gabriel Casillas.

Añadió que la apertura de la economía será gradual, siendo el sector servicios el que tarde más tiempo en regresar a la normalidad debido a su vocación de conglomeración de personas, actividad que tiene una amplia representación en el país.

“No toda la economía se va abrir igual, por lo que es factible que en el primer trimestre de 2021 se empiece a notar la recuperación”, dijo.

El presidente del IMEF, Ángel García-Lascuráin Valero, afirmó que, aunque es positiva la responsabilidad fiscal que ha demostrado el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, los apoyos a las micro, pequeñas y medianas empresas para sobrellevar la crisis no son suficientes.

Explicó que en la actual crisis económica el mercado tomaría bien una política de gasto contracíclico, con la utilización del dinero disponibles y el acceso a líneas de crédito, así como la reasignación de recursos de proyectos prioritarios para atender la emergencia sanitaria, cambios que tendrían un impacto benéfico en la protección del empleo y sería bien visto por las agencias calificadoras.

Ante ello, Gabriel Casillas afirmó que que ser responsable fiscalmente también es salvar a quienes pagan impuestos. “Si no ayudas a quienes pagan impuestos, después no vas a tener recaudación cuando desaparezcan. Reactivarlos va a ser muy complicado. Las mismas agencias e inversionistas ven bien que los Gobiernos se endeuden más, por eso 35 por ciento de los gobiernos lo están haciendo. No hay que confundir austeridad con responsabilidad fiscal”, mencionó.

Incluso, destacó que la línea de crédito flexible del Fondo Monetario Internacional (FMI) es más barata que emitir bonos, sólo que éstos no se pueden lanzar al mercado en cualquier momento.

“Es una línea muy barata, con tasas bajas y un pago que pide el organismo. México podría endeudarse con el FMI con una tasa cercana a 1.0 por ciento de interés anual hasta los 85 mil millones de dólares; mientras que los bonos no bajan la tasa de 3,4,5 por ciento. Sería bienvenido ese endeudamiento siempre que sea para atender la emergencia sanitaria y se tenga un plan, así como una reasignación de recursos”, señaló.

Positivo medir el bienestar, sin descuidar PIB

Respecto a la propuesta del Presidente López Obrador de medir el bienestar de las personas más allá de la actividad productiva que se refleja en el PIB, el IMEF comentó que sería positivo, pues, aunque el Producto Interno Bruto no es la mejor medida, no se ha encontrado una mejor.

“La gestión debe estar basada en un conjunto de indicadores que miden distintos aspectos de la actividad económica y social, y con base en ello tomar decisiones. El PIB no es perfecto, no mide bienestar ni desigualdad, pero si mide volumen de producción y es útil desde esa perspectiva”, dijo Ángel García-Lascuráin Valero.

Con información de: LA RAZÓN

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