Ansias por aniquilar al liberalismo económico

Los nostálgicos del Estado fuerte, omnipresente, todólogo, están buscando cualquier pretexto para enterrar al liberalismo económico y su reciente aplicación práctica conocida como neoliberalismo.

Incapaces de construir sus propios caminos y herramientas, activan sus ansias hasta montarse en los instrumentos que el libre mercado ha desarrollado para armar la escaramuza reivindicativa del socialismo, el comunismo, el estatismo y todo aquello que no funcionó para otorgar un mínimo de bienestar para sus sociedades.

Así, el acceso sin precedentes a la tecnología, redes sociales e instituciones democráticas es utilizado para tratar de expandir la nostalgia argumentando que los males que enfrenta la humanidad son responsabilidad de las fuerzas del libre mercado. La desesperación llega al extremo que se aprovecha la pandemia, por cierto, de origen chino, para señalar que el desdoblamiento del capitalismo provocó “el desmantelamiento de los sistemas de salud estatales”. ¿Cuáles sistemas de salud?; el cubano, el coreano o el venezolano.

La realidad ha sido siempre la misma, la teoría es magnífica, la aplicación práctica es la que falla. El Estado no busca el bienestar del pueblo, lo que pretende es el poder; si para obtenerlo se lleva de corbata al pueblo, mal por el pueblo. Lo mismo el mercado, su objetivo es la ganancia antes que ayudar a la sociedad. Cada uno en lo suyo.

El verdadero dilema está en mantener a cada ente en su sitio, ambos son indispensables para la sociedad. Cuando el mercado busca suplantar al Estado en procurar la seguridad ciudadana, provoca situaciones poco deseables como el 11-S. En el otro lado, cuando el Estado quiere hacerla de creador de empleos el fiasco es enorme.

Es eterno enfrentamiento entre el poder y dinero en donde los pueblos han tenido nulo beneficio a cambio de mucho dolor y manipulación. Enterrar al liberalismo económico, único modelo de convivencia social que, dentro de sus principales postulados, está la generación de riqueza va a ser más complicado que el entierro del socialismo real al final de la década de los años 80, y del comunismo que, todos los días, China se encarga de su extinción.

Los grandes retos de la humanidad como la defensa de los derechos humanos, la cura contra el Covid y siguientes pandemias, el hambre, la expansión tecnológica, la protección al medio ambiente, la movilidad, la educación y las libertades individuales y colectivas serán resueltos por el mercado.

La pandemia nos enseñó que sólo con el Estado no se llega a ningún lado, no porque éste haya sido desmantelado por el capital, sino porque quienes lo dirigen suelen ocultar las cosas, mentir y corromper, buscando ante todo la ganancia electoral. El libre mercado necesita, con Adam Smith, volver a la ética y la moral como punto de partida, de la mano de un Estado moderno para construir naciones libres económicamente pero con rostro social.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.