Derivado de los últimos sucesos ocurridos en Estados Unidos, el consumidor se muestra especialmente sensible a los temas de inclusión racial y ahora la marca Lala se ha visto envuelta en esta polémica luego de que se cuestionara uno de sus empaques.
La marca se convirtió en tendencia dentro de redes sociales, luego de que comenzara a ganar popularidad el empaque modificado de uno de sus productos.
La conversación en redes
Al cierre de esta nota, de acuerdo con datos entregados por Twitter, el nombre de la marca se ubicaba dentro de las primeras 10 tendencias de la mencionada red social con un total de 42.7 mil tweets asociados al término.
De manera general, los comentarios de cientos de usuarios giran alrededor de los modelos que la marca utiliza en el empaque de uno de sus productos (Lala Entera), en donde se muestra a una familia que, a decir de los comentarios expuestos en la red social, no corresponden a los rasgos éticos de las familias mexicanas.
En comparativa, se ha viralizado un empaque modificado del mencionado producto, en el que se muestra cómo se verían los modelos utilizados en el bote de leche si correspondieran a las características étnicas de muchos mexicanos.
La cibernauta asegura que la petición recibió el apoyo de más de 3 mil personas, sin embargo, el cambio de la imagen nunca pasó.
Dicha situación ha provocado diferentes reacciones entre los usuarios, pese a esto, la empresa de lácteos no se ha pronunciado al respecto.
Lo que hay detrás
El empaque modificado que ha causado revuelo en redes sociales, es parte del ingenio del artista plástico Michael López Murillo, quien en 2013, lanzó el proyecto “Redireccionado” en el que se buscaba recolectar firmas para lograr que la marca Lala modificara a los modelos que utiliza en sus empaques para motivar la aceptación de las raíces mexicanas.
La idea del artista plástico sostenía su proyecto argumentado que según datos del Consejo Nacional de Población, en México “60 por ciento de la población es mestiza con rasgos indígenas, 30 por ciento es indígena puro, 9 por ciento es de origen europeo y 1 por ciento de otras razas”.
En que momento, Murillo indicaba que la elección de este producto radicaba en que se trata de un producto básico en la canasta de los mexicanos, al que la mayoría de los sectores de la sociedad tienen acceso.
En otras palabras, para López, este producto es una necesidad para cualquier persona, sin importar nacionalidad, raíces históricas o clase social, por lo que se adquiere con singular naturalidad, por lo que se ubicaba como un vehículo ideal para transmitir su mensaje.
Como parte de este proyecto, López Murillo envió una carta a la empresa Lala en la que expresó su descontento por el uso de imágenes alejadas a la realidad mexicana, ya que “como parte de su responsabilidad social la empresa no debería utilizar este tipo de publicidad negativa e irreal”.
Tal como lo mencionaron en aquel momento algunos medios de comunicación, la empresa emitió una respuesta al respecto, en la que indicó que el uso de esas imágenes –en las que aparece una familia de tez blanca y occidentalizada– responde a un “target aspiracional” definido por la mercadotecnia del producto.
Aunque hablamos de un proyecto con más de 7 años de historia, la realidad es que la popularidad que ha tomado es signo de la clara exigencia el consumidor, en la que se demanda a las marcas tomar un rol más protagónicos en temas como la aceptación racial, en momentos como los que ahora se viven.
Recordemos los hallazgos de un reciente estudio firmado por 4A los cuales indican que el 67 por ciento de los responsables de mercadotecnia creen que los valores cambiantes están haciendo que las marcas se interesen más por la responsabilidad corporativa y el marketing basado en valores, al tiempo que los consumidores afirman que ven con buenos ojos a aquellas marcas que toman una postura positiva ante temas como la lucha contra el racismo, la inclusión o la igualdad.
Con información de Merca 2.0