¿se ha terminado el rally del peso mexicano?

Desde finales de la semana pasada e inicios de esta, las dudas han vuelto a los mercados financieros globales, en particular a los considerados de mayor riesgo, incluido el peso mexicano.

Primero, en ello tuvo mucho que ver la dosis de realidad de las perspectivas sobre la economía de EUA de la Reserva Federal, la cual para el inversionista rompe la esperanza de una rápida recuperación. Después de un parón económico como el vivido en dos meses, parecería que la reactivación a la normalidad sería acelerada, pero esto podría esperarse si la llamada nueva normalidad implicaría regresar a las condiciones previas a la pandemia. En cambio, las restricciones continuarán por meses, dificultando la recuperación económica, haciéndola más lenta y costosa de lo que quisiéramos aceptar.

Segundo, el temor a una segunda oleada de contagios de Covid-19 vuelve a golpear a los mercados financieros, en particular a los activos de mayor riesgo. La posibilidad de que la segunda ola del coronavirus pueda afectar aún más la economía mundial está pesando en el ánimo del mercado. Las últimas noticias de aumento de los casos, tanto en China como en EUA, preocupan a los inversionistas, que temen a otro cierre económico.

Estos dos elementos provocaron caídas en las principales bolsas en el mundo y monedas de economías emergentes, incitando la búsqueda de activos refugio como los bonos alemanes, bonos del tesoro estadounidense, el oro y algunas monedas como el yen o franco suizo. En el caso de la divisa mexicana esta se depreció poco más de 1 peso, después de cotizar por debajo de $22.0 se presionó por momentos en niveles cercanos a $23.0 spot.

Sin embargo, consideramos que estos ajustes no implican todavía un cambio de tendencia en el comportamiento del peso mexicano para el corto y mediano plazo.

Los factores que han descontado los mercados desde los mínimos de marzo todavía siguen vigentes: los gobiernos están levantando sus bloqueos, lo que se traducirá en una recuperación de la actividad económica desde niveles muy deprimidos y; la propagación del virus en las principales economías continúa desvaneciéndose.

Sobre el primer punto, conviene recordar que en la mayoría de las ocasiones, los mercados financieros se adelantan y muchas veces exageran. En la situación actual, los inversionistas se adelantaron a que las medidas de desconfinamiento implementadas por las principales economías en el mundo implicarían que se diera una recuperación económica rápida. En este punto, los mercados pecan de optimistas en el sentido de que consideran que la mejora en los indicadores económicos será continua. Lo único que podemos deducir es que la reapertura le pone un piso a las contracciones económicas, pero no se puede asegurar una recuperación uniforme en todos los sectores y en todos los meses. Lo más probable es que habrá altibajos en las mejoras económicas. Así, el escenario contemplado por los mercados está sujeto a riesgos, que generan decepción temporal entre los inversionistas.

A pesar de que la información económica decepcione en algunos meses o en ciertos sectores, la recuperación es una realidad, y muy probablemente el tercero y cuarto trimestre serán mejores al segundo, lo que implica una reparación del año, por lo que los fundamentos seguirán contribuyendo a la valoración positiva de los activos financieros.

Esto no significa que se recuperará toda la actividad económica que se perdió durante los confinamientos, sino simplemente que se producirá un repunte de la economía tras la reapertura y el fin de los bloqueos.

Sobre el segundo factor detrás de las correcciones en los mercados financieros, si bien es cierto que se han registrado nuevos aumentos en el número de contagios en ciertos países, destacando China y EUA, esto todavía no refleja un nivel de preocupación.

A diferencia de lo que pasó al inicio de la pandemia donde todo sobre el coronavirus era desconocido, ahora los gobiernos cuentan con mayor información y alternativas de respuesta para hacer frente. En el caso de China, la preocupación surgió porque el fin de semana hubo un brote de 49 casos en Pekín. La realidad, es que sin buscar caer en minimizar los riesgos, estos niveles de contagio suenan “naturales” de suceder, y más con la cantidad de población y vínculos globales de la capital del gigante asiático.

En el caso de EUA, estados como Alabama, California, Florida y Carolina del Norte informaron de un aumento en los nuevos casos de coronavirus diarios. En recientes días, Texas y Carolina del Norte reportaron un número récord de hospitalizaciones relacionadas con el COVID-19. Sin dejar a un lado el dato duro de que EUA lidera los contagios y muertes en el mundo por COVID-19, también es cierto que encabeza la lista de países con mayores pruebas realizadas. En este sentido, entre más pruebas realizas y estas van aumentando en número con el paso de los días/semanas, aumenta la probabilidad de descubrir mayores casos de contagiados.

Por consiguiente, si bien existe preocupación por una segunda ola de infecciones en el mundo, consideramos que es bajo el riesgo de un resurgimiento suficiente para desencadenar renovados bloqueos masivos a la actividad económica.

Con ello, existe la posibilidad de que el tipo de cambio vuelva a ubicarse por debajo de $22.0 spot en los próximos días, una vez que se publiquen cifras económicas que muestren un rebote en la actividad. Esto puede ser tan pronto como esta semana con los indicadores de producción industrial y ventas al menudeo de EUA, siempre y cuando superen las actuales expectativas.

Adicionalmente, la garantía del Banco Central en EUA (FED) de que mantendrá sus tasas de interés en niveles cercanas a cero junto con altos montos de liquidez por varios meses (años), seguirán dándole fuerza artificial a los activos financieros con mayor riesgo (incluyendo el peso mexicano).

Así, las condiciones para la fortaleza de la moneda mexicana viene del exterior y siguen encaminadas a mantenerse en lo que resta del verano, aunque en menor medida como lo observado en el mes de mayo.

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