Perspectivas Económicas

Por Esty Dwek, Jefa de Estrategia Global de Mercados de Natixis IM

Manteniendo el rumbo 

Si bien el impulso se ha ralentizado ante el aumento de los casos de Covid, en EEUU en julio y en Europa en agosto, la recuperación económica continúa su despliegue.

Los indicadores de la manufactura en Europa y la confianza del consumidor en EEUU se hundieron en agosto, pero los datos generales siguen siendo relativamente boyantes, con un mercado inmobiliario muy fuerte en EEUU, un resiliente mercado laboral en la mayor parte de Europa, y un continuo repunte en los datos de China. En nuestra opinión, mientras este siga siendo el caso, los mercados pueden igualmente continuar avanzando.

Si bien un aumento en los casos es preocupante, no esperamos un renovado confinamiento generalizado, lo que sugiere una trayectoria dispareja a futuro, aunque no un paro repentino. Además, las expectativas en torno a una desaceleración del impulso al crecimiento luego de un repunte inicial en forma de V registrado después de los cierres y confinamiento de la primavera. Como tal, es poco probable que datos menos robustos tomen por sorpresa a los mercados –lo cual es ampliamente esperado. Más allá de una continua recuperación, los mercados también necesitan que las medidas de estímulos continúen. En este punto, esperamos que esto se haga realidad. Los bancos centrales ya han establecido que mantendrán su postura ultra acomodaticia por un tiempo prolongado (de hecho, por años) y la narrativa de Powell en Jackson Hole indica más flexibilidad hacia la inflación, lo que sugiere que las tasas bajas seguirán por incluso más tiempo que el indicado año 2022.

En toda Europa, los programas de desempleo se amplían o probablemente se extenderán. La carga ahora recae sobre EEUU, donde el Congreso deberá aprobar el programa CARES Act 2 con el fin de prolongar las prestaciones del desempleo y apoyar la recuperación del consumo. Si bien el mismo sentido de urgencia claramente ya no es necesario, esperamos que se reanude la presión y que el paquete ‘fase 4’ se apruebe. Finalmente, las técnicas siguen siendo un respaldo, además del sentimiento y posiciones no demasiado agresivos. Las posiciones cortas han bajado en semanas recientes, pero se mantienen cortas. El sentimiento es todavía más bajista que alcista. Relativamente hablando, pocos flujos han regresado a los mercados de renta variable, en comparación con el bombardeo de salidas de capital registradas durante el 1er trimestre.

Al mismo tiempo, los flujos en el mercado de dinero se han ralentizado pero continúan, dejando un billón de dólares de efectivo en los márgenes. Con lo anterior, creemos que los riesgos a futuro probablemente conducirán a una volatilidad más alta, pero no una venta masiva pronunciada. Adicionalmente, estos escenarios, como un impulso más lento para el crecimiento, son ya conocidos. Las tensiones entre EEUU y China se han elevado significativamente, pero ambos lados probablemente van a evitar costosas consecuencias económicas que podrían descarrilar la incipiente recuperación. Y si bien es poco probable que las próximas elecciones en EEUU estén libres de dramas, los mercados no parecen demasiado preocupados con el resultado, o su impacto a mediano plazo en los mercados. En este contexto, seguimos sobre ponderando ligeramente a la renta variable, aceptablemente con la expectativa de que este camino podría no ser recto.

A la inversa, creemos que los mercados de bonos van a seguir desempeñándose bien. Probablemente, los rendimientos soberanos van a seguir contenidos, pero es poco probable que bajen mucho, lo que sugiere menos potencial de desempeño en el crédito, donde mantenemos una preferencia por el grado de inversión y algo de exposición a deuda corporativa de mercados emergentes en divisas duras para una potencial contracción del diferencial.

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