La celebración del Grito de Independencia es una de las conmemoraciones más importantes de México. Desde pequeños, los mexicanos conocen la historia de Miguel Hidalgo y cómo fue que una madrugada del 15 de septiembre de 1810 se inició la Independencia de México.

Ahora vemos este acto cívico como algo muy común entre los presidentes de México, pero es una celebración que se realiza desde hace mucho tiempo.

De acuerdo con los historiadores, la primera réplica del grito fue en 1812, en Huichapan, Hidalgo, por parte de Ignacio López Rayón, quien fue secretario de Miguel Hidalgo. En 1824 la a celebración se hizo fiesta nacional por decreto del primer presidente Guadalupe Victoria.

El grito que no se logró

La noche del 15 de septiembre de 1847, durante la intervención estadounidense en México, la bandera que ondeaba sobre el Palacio Nacional no fue la mexicana, por lo que fue un año en que el Grito de Independencia no se realizó.

Durante la Segunda Intervención Francesa en México, el emperador Maximiliano de Habsburgo hizo oficial la celebración, y en 1864 se trasladó a Dolores, donde dio el “Grito” desde la ventana de la casa de Hidalgo.

Hoy la tradición de México dicta que el Presidente en función salga el 15 de septiembre a las 23:00 horas al balcón principal de Palacio Nacional, para hacer repicar la campana que sonó en 1810.

Cuenta la leyenda que fue Porfirio Díaz quien inició la tradición de celebrar la noche del 15 de septiembre, para hacerlo coincidir con su cumpleaños.

La realidad es que está tradición se ha vuelto parte de los mexicanos y sus celebraciones, es el momento en que sacamos el lado más patriótico y gritamos “vivas” adornados con luces verdes, blancas y rojas en el cielo.

Con información de El Heraldo de México