Los “peros” de la industria cannábica en México

El pasado mes de noviembre, el Senado mexicano aprobó el uso de la marihuana con fines lúdicos. Y aunque al país le tomó años aprobar dicha medida, la verdad es que todavía no son muy claras las reglas del juego para que den certidumbre y futuro al negocio de la cannabis en México. Es por ello que se tendrán que tocar cinco temas importantes que hacen falta pensarse y pulirse para que podamos decir que tenemos una industria cannábica a la altura de Canadá, Estados Unidos u Holanda. Los siguientes elementos son relevantes y han estado flotando a lo largo de la discusión sobre este asunto, pero que no se han tomado en cuenta para dar la calidad de leyes que este sector necesita para que eche raíces y florezca en el país.  

Criminalización y clasismo

Con la expedición de la Ley General para la Regulación de la Cannabis, se creará el Instituto Mexicano para la Regulación y Control de la Cannabis, se reformarán y añadirán nuevos artículos a la Ley General de Salud y del Código Penal Federal. Se permitirá tener y cargar con marihuana —siempre y cuando sea consumidor registrado—, así como la creación de “clubes”, espacios públicos para su consumo y “cooperativas de producción”. 

Y aunque todo parece ser tal y como se desearía, varías organizaciones civiles, han criticado que, aunque México se muestre como pionero en crear una regulación para el uso adulto de la cannabis, la ley parte de la prohibición y criminalización. La falta de información, ignorancia y prejuicios sobre el tema por parte del público y de las propias autoridades hacen esto posible. De no corregirse, llevará a la creación de espacios para la extorsión y corrupción, aun así exista una ley cannábica. Además de que se crea un mercado accesible a un público reducido —probablemente privilegiado— penalizando a todos aquellos que no tengan acceso a estos espacios “regulados y legales.”  

Competencia extranjera

Canadá, primer país industrializado que legalizó el uso recreativo de la marihuana y que tiene la industria cannábica más grande del mundo, es uno de inversionistas que ha seguido el proceso de la legalización de la marihuana en México con ojos de águila. Empresas canadienses —y que están inscritas al padrón de cabilderos del Senado— aseguran que México tiene la oportunidad única para dar un marco jurídico fuerte que abarque desde la producción hasta la comercialización de la planta. ¿Las empresas mexicanas pueden decir lo mismo?

La nueva ley pretende expedir una licencia por cada persona o empresa, para evitar una integración vertical y con ello la concentración de grupos o personas en la cadena productiva y de comercialización. La realidad de esta medida es que pone en desventaja a cualquier empresa local o comunidad cultivadora de cannabis en México, pues no podrá venderla de manera directa, sino que necesitará de un intermediario con licencia para tratar con el público consumidor. Lo que contribuiría a que este sector, que apenas comienza en México, se encuentre en manos de unos pocos mucho antes de haberse inaugurado.  

(Des) ventaja del campo mexicano

Expertos en el estudio de la planta coinciden en que la cannabis se debe de ver como un producto agrícola más para sacarle el mayor provecho. México, a diferencia de sus países vecinos, cuenta con todos los aspectos necesarios para su producción, pues el 80 por ciento del territorio nacional es apto para ello, además de que tiene los trabajadores y los recursos naturales para que su producción sea exitosa. 

Sin embargo, la legislación aprobada por el Senado pone en riesgo a los pequeños productores del campo en México, que en su mayoría son las comunidades más pobres del país. Si se pretende abrir este mercado, se necesita incluir en la legalidad a todos aquellos productores familiarizados con la planta y aportarles la tecnología necesaria para que ofrezcan un producto de primera calidad. 

Es necesario el involucramiento de otras dependencias, como la Sagarpa, para regularizar su producción, e incluso se ha sugerido la creación de la carrera de agrónomo canabicultor en las universidades para que futuros jóvenes puedan dedicarse a este sector y explotarlo. 

Vacíos legales

Los vacíos legales de esta nueva ley evita que en México se explote al máximo las oportunidades de negocio. Y como ejemplo tenemos los negocios que comenzaron a comercializar productos hechos a base de marihuana, pero con fines medicinales. Este tipo de negocios han necesitado de amparos para poder operar, pues todavía existe un “mercado gris” —ya no negro— que se ha desarrollado a la falta de un reglamento claro y conciso. Y esto a casi un año de haberse aprobado el uso medicinal de la marihuana. El mercado cannábico en México tiene un potencial de ingresos de 2 mil millones de dólares y una creación de hasta 70 mil empleos, según New Frontier Data. Instituciones gubernamentales como la Secretaria de Hacienda calcula que se podrían generar hasta 18 mil millones de pesos para 2021. 

Incluso se cree que México podría utilizar el T-MEC para convertirse en un país líder como exportador de la planta a nivel global. Sin embargo, este mercado no comenzaría a operar hasta el 2022, ya que se pongan en marcha los aspectos secundarios de la ley. Las oportunidades de negocio están ahí y esta industria requiere de emprendedores dinámicos e innovadores. Pero si México solo juega a ser un país de primer mundo sin dejar atrás prejuicios y sin apostarle a la educación y a su propia materia prima, esta ley no habrá sido más que otro sueño guajiro de nuestro delirio de grandeza. 

Voz en Off

Oxxo, de Fomento Económico Mexicano (Femsa), puso en marcha en Monterrey una prueba de un nuevo concepto llamado Oxxo Smart, con tecnología de autopago. Esta etapa de análisis en Nuevo León, servirá para ver a qué otras entidades del país podrá instalarse esto que se quiere para complejos de departamentos, hospitales y oficinas….

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@juliopilotzi

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