La Unión Europea endureció las normas para la exportación de vacunas contra el COVID-19, lo que podría afectar los envíos a naciones como Gran Bretaña y agravar una disputa con Londres en torno a los escasos suministros.
Pero ante las protestas de Irlanda del Norte y Gran Bretaña, la Comisión Europea dejó claro que la nueva medida no resultará en controles a los envíos de vacunas producidas en el bloque hacia el pequeño territorio que forma parte del Reino Unido y tiene frontera con Irlanda, que es miembro de la UE.