El número de muertos por COVID-19 en Brasil, que el jueves rebasó los 250,000, es la segunda mayor cifra a nivel mundial por el mismo motivo por el que no se ha podido controlar la segunda ola del virus en el país: La prevención nunca fue una prioridad.
Desde el inicio de la pandemia, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro le restó importancia al virus, calificándolo de “gripita”, y criticó a los mandatarios locales que impusieron restricciones a las actividades. Dijo que la economía debía mantenerse activa para prevenir mayores adversidades.