El papa Francisco celebró misa el sábado en la catedral caldea de Bagdad, donde dijo a los fieles de Irak que los perseguidos, los pobres y los que lloran son bendecidos, uno de los principios fundamentales de la fe católica.
Fue la primera vez que un papa celebró una misa utilizando el rito caldeo, conocido por la mayoría de los católicos iraquíes.