La familia del difunto Samsung Electronics, Lee Kun-hee, dijo el miércoles que pagarán más de 10.8 millones de dólares en impuestos de sucesiones por su patrimonio y donarán su vasta colección de arte privada a los curadores estatales.
Lee, a quien se le atribuye la transformación de Samsung en el fabricante de teléfonos inteligentes y chips de memoria más grande del mundo, murió el 25 de octubre con un medio local inmobiliario valorado en alrededor de 26 billones de won.
El proyecto de ley del impuesto de sucesiones, uno de los más grandes de la historia en Corea del Sur y a nivel mundial, ha sido vigilado de cerca debido a su potencial para diluir la participación de control de la familia en Samsung.