Miles de palestinos salieron a las calles de Ciudad de Gaza el viernes por la madrugada para celebrar la entrada en vigor de un alto el fuego en la última guerra con Israel, visto por muchos como una costosa pero clara victoria para el grupo insurgente islamista Hamas. Israel prometió responder con un “nuevo nivel de fuerza” a futuras hostilidades.
Hombres jóvenes ondearon banderas palestinas y de Hamas, repartieron dulces, hicieron sonar las bocinas de sus autos y prendieron fuegos artificiales. Las celebraciones espontáneas se repitieron en Jerusalén este y en toda la Cisjordania ocupada.
El ambiente era más sombrío en Israel, donde el primer ministro, Benjamin Netanyahu, enfrentó las airadas acusaciones de su base conservadora que considera que detuvo los enfrentamientos demasiado pronto.